“Nos es grato anunciar el fin del régimen de tutela y protectorado y el advenimiento de la libertad y la independencia”, había dicho el difunto SM Mohammed V frente a una multitud que había invadido la explanada de la mezquita de Hassan en Rabat. La proclamación de la independencia del Reino fue, de hecho, la coronación de una gloriosa epopeya de lucha contra el colonialismo, escrita a favor de un pacto secular entre el trono y el pueblo, y que estaba salpicada de sacrificios y hazañas que se quedaron en los anales de la historia.
La simbiosis trono-pueblo finalmente ha triunfado, allanando el camino para el advenimiento de un Marruecos libre y moderno, orgulloso de su historia, abierto a la modernidad y que aspira a un futuro mejor. Además, el héroe de la liberación, el difunto rey Mohammed V, al anunciar la liberación de la Nación del yugo del protectorado, había marcado el rumbo con una declaración llena de significado, visionaria y llena de lecciones: “Marruecos acaba de salir del pequeño yihad para entrar en el gran yihad “. El gran “jihad” no es otro que la modernización, la consolidación del Estado de derecho, la realización de la unidad nacional y el desarrollo. Una antorcha posteriormente llevada por el difunto Su Majestad Hassan II y , actualmente por su digno sucesor, Su Majestad el Rey Mohammed VI para enfrentar los desafíos de defender la integridad territorial y lograr el desarrollo sostenible.
La fiesta de la Independencia es ciertamente una conmemoración de una página gloriosa de nuestra historia contemporánea, pero está especialmente llena de lecciones para las generaciones futuras.
El triunfo sobre el colonizador fue posible gracias al pacto histórico sellado entre el trono y el pueblo para servir los intereses supremos de la nación. Una causa justa y legítima, una simbiosis perfecta entre el trono y el pueblo y un alto sentido de compromiso patriótico con la defensa de las constantes de la nación fueron las palabras claves de esta gran epopeya que condujo a la independencia de la Marruecos.
Fue aquella maravillosa simbiosis entre el rey y el pueblo que finalmente socavó los cimientos del protectorado y expulsó a las últimas tropas coloniales del suelo marroquí, y que, el 6 de noviembre de 1975, permitió completar la integridad territorial y la Recuperación de nuestras provincias del sur durante la gloriosa Marcha Verde.
Y sigue esta simbiosis entre el pueblo y su Soberano, el Rey Mohammed VI, lo que permitirá a Marruecos enfrentar los desafíos del desarrollo, y estrenar exitosamente el gran yihad.
Con MAP