El Polisario y su “presidente”: Después de él, el diluvio

Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.

Insensible al sufrimiento que causó y sigue causando a miles de secuestrados en el gulag argelino de Tinduf, el refugiado Al Gali Al Mostafa Assayid y sus 40 caciques no parece tener tiempo para pensar en otras cosas que su fortuna, sus pollos, su tribu, sus amigos y amiguitos y, sobre todo, sobre todo la “presidencia”” que le obsequia la junta militar argelina.

Fuera, esta gente a la que llega menos del 40% de la ayuda humanitaria, que ve sus hijos desterrados a Cuba y sus hembras violadas. El refugiado Al Gali Al Mostafa Assayid no tiene tiempo para esto.

Tampoco tiene tiempo de saber que más del 99% de esta población martirizada por él, por sus caciques y su mentor argelino quiere irse, está porque ve en todo momento lo que ha pasado a los que se han atrevido a alzar la voz.

Para el refugiado Gali Al Mostafa Assayid, violador de notoriedad publica nunca se debe dejar a un lado el garrote. Después de él el diluvio. Sabe que la protección que le proporciona la junta militar argelina se acabar un día y acabara ante los tribunales para responder al genocidio y a las violaciones que ha cometido y sigue cometiendo.

Junto a él, los 40 caciques, “ministros”, “embajadores”, “gobernadores… todo de los bolsillos del contribuyente argelino.

¿Quién de los dirigentes del Polisario que no sabe que esto se acabar un día u otro?