Hace un año se cerró el cruce de Sebta, y antes el de Mlilia, así se cerraron cientos de almacenes en las dos ciudades y se deprimieron cientos de miles de toneladas de mercancías de diversa índole y marca.
Sin embargo, antes de la inauguración de la zona comercial que se está preparando y acondicionando cerca de Fnideq, y pocos meses después del cierre de los dos cruces, se llegó a un acuerdo entre todas las partes interesadas en Marruecos y España para importar aquellos materiales, que consideraban de contrabando, a través del puerto de Tánger Med sujetos a derechos de aduana según las leyes vigentes al respecto, por las autoridades competentes.
Hoy en día, entre el 70 y el 80 por ciento de estos bienes se venden en Marruecos y no se contrabandean, sino que se importan y se pagan los derechos de aduana.
La pregunta es: si estas mercancías se introducen y se venden en Marruecos con fechas de consumo, y la mayoría de ellas estaba almacenada en las naves de Sebta y Mlilia, ¿las fechas son correctas, auténticas o falsificadas, es decir, siguen siendo aptos para el consumo o no?
La cuestión gana credibilidad y legitimidad por el hecho de que se conocía, al menos en Sebta, de que en sus almacenes, mediante determinadas técnicas y en determinados lugares, se cambiaban las fechas de consumo siempre que los materiales dejaban de ser válidos según sus fechas. Es decir, la mayoría de los bienes que entraban en Marruecos por las dos ciudades no eran aptos para el consumo y se manipulaban sus fechas de consumo.