Jihane Jedidi es optica/periodista directora de comunidad infomarruecos
Foto: Jedidi Media
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En esta breve y profunda reflexión, atribuida al talentoso Oscar Wilde, se halla la magia de las relaciones humanas y su influencia en nuestra alegría y bienestar. Nos invita a reflexionar sobre nuestras conexiones, cómo impactamos y cómo moldeamos las emociones.
La idea es sencilla pero poderosa: hay personas que llevan consigo una luz especial y, al cruzarse en nuestro camino, iluminan nuestro día y llenan nuestro corazón de alegría. De esas que “te abrazan y te reinician”. Por otro lado, están aquellos cuya ausencia nos trae un suspiro de alivio y nos deja con una sonrisa en el rostro.
Esta dualidad nos anima a explorar nuestra propia capacidad para crear afecto y armonía, o para sembrar discordia y malestar. A través de pequeños gestos y palabras amables, podemos ser faros que guíen a otros hacia la felicidad y la paz.
Somos responsables de cómo influimos en los demás y del legado emocional que dejamos. La elección está en nuestras manos: podemos ser agentes de alegría y bienestar o permitir lo contrario. Hagamos de nuestro paso por este mundo un sendero iluminado de felicidad. Y como bien dijo Chateaubriand: « La verdadera felicidad cuesta poco. Si es cara, no es de buena clase ».