“clima de represión y restricciones a los derechos fundamentales de los argelinos
Permítaseme aclarar desde un principio que mi identidad carece de relevancia en el contexto actual. Quién soy, de dónde vengo o cuál es mi trayectoria son aspectos menores en comparación con la revelación que está por venir. A excepción de una única hermana, quien ha estado hospitalizada durante los últimos 11 meses en Nuakchot antes de decidir regresar a nuestra nación, Marruecos, el resto de mi amplia familia (compuesta por 15 miembros, entre parientes cercanos y aquellos más distantes) sigue cautiva del Polisario en los campamentos de Tinduf. Sin embargo, esta triste realidad permanece en la sombra para aquellos que confían en los intrincados senderos de los « derechos humanos » que se proclaman en España y en la constantemente invocada « solidaridad » internacional, una solidaridad que parece dirigirse de manera exclusiva y preferente hacia una ínfima fracción de los saharauis.
A primera vista parece otra bomba de la prensa uniformada de la junta militar argelina que anuncia la elección del régimen militar argelino a la comisión de la Liga árabe de derechos humanos.
¿Quién sabe? Con mediaciones en Níger y con una serie de tonterías sobre Marruecos no es difícil creer a este régimen militar, tanto más que la Liga árabe y todo el mundo saben la horrible situación de los derechos humanos en el país de Changriha.
Allí está el Hirak, los kabiles y la milicia del Polisario en su gulag de Tinduf.
Por ello la noticia parece más una anécdota de gusto militar que una realidad.
Las decenas de miles de víctimas argelinas de su régimen y la autoritaria prohibición de toda discrepancia con sus orientaciones se han quedado atónitos, no sabiendo sobre qué criterios se ha basado esta comisión árabe de DD.HH.
Ahora se debe esperar que la junta militar argelina defienda el derecho a reprimir.
Con razón el refrán tradicional marroquí dice, vive un día, escucharás una noticia.