En Argelia los que, como Ammar Saadani, ex SG del FLN, se atreven a llamar al pan, pan y al Sahara marroquí lo que es, no son pocos y cada vez son màs
Said Jedidi es periodista y escritor. Director de ingfomarruecos.ma y de conacebntomarroqui.blogspot y embajador de la Paz por el Circulo Universal de Embajadores de la Paz (Suecia/Francia)
Por donde se vea, no tiene sentido ni, evidentemente esperanza de realizarse.
Ni ayer, ni hoy ni mañana se podrá desestabilizar a Marruecos. 48 casi 49 años de estériles esfuerzos, de desesperadas intentonas y de continuos fracasos. Marruecos está aun de pie e incluso en excelente forma y con no menos excelentes perspectivas.
¿Y si probamos otra lógica que la de insensatez?
Hablando se comprende la gente y, por consiguiente, complotando, fracasa la gente. Argelia tiene un entorno: el Magreb. Un vecino: Marruecos y un deber: velar por la buena vecindad y por la distensión.
El destino del Sahara que un día “Franco la dio a una extraña Argelia” está zanjado y definitivamente sellado. Lo que no se ha podido durante casi medio siglo haría falta muchos siglos para que se pueda lograr.
Los perversos tiempos del no menos perverso Edem Kodjo son remotos. Marruecos se ha encargado para que no se repitan nunca… nunca.
Pero ha dejado las puertas abiertas, par en par, al dialogo, a la concertación, a la razón y al realismo.
Puertas que nadie ni nada pueda cerrar nunca ni con complicidades ni con fanfarronadas.
