Al otro lado del telón de acero: Mujeres sahrauies, libres, dignas y orgullosas de ser lo que son
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Me confesaba hace poco uno de los “gerentes” argelinos de estos tristes campamentos que” no hay nadie en dirección argelina que ignora que con el Polisario no iremos a ninguna parte”.
Argelino de pura cepa, mi interlocutor admite “que no se puede ganar ninguna carrera con el Polisario en los hombros”.
De hecho, Argelia y todos los dirigentes argelinos lo saben, ha perdido todas las carreras y perderá todas las carreras. “te lo digo franca, pero confidencialmente: Argelia, la gran Argelia ha desaparecido. Lo que hay ahora es una Argelia rehén del Polisario”.
Último aliento. Sin esperanza. El Frankenstein del Magreb creado por el Dr. Argelia y que ahora ve impotente la siniestra obra de sus manos. Ni puede avanzar ni puede retroceder. “Esta no es Argelia que conocemos y que nos prometieron”, afirma mi interlocutor, revelando que, contacta, cada vez menos a los dirigentes del Polisario.
Desprecio por dentro, del mentor, del creador, del manipulador. Las cuerdas de la mentira del Polisario son cortas. Que dejen a otros (MSP) zanjar este espinoso problema que, con ellos, jamás encontrará desenlace alguno.
Peor que ayer, mejor que mañana. La gente nació libre y la esclavizan. Peor destino van a tener los verdugos.