De quien recluta a niñas y niños de cortísima edad no se puede esperar absolutamente nada
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni dedonde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
Darán mil vueltas en torno al tema. Buscaran la quinta pata al gato. La realidad es una: el separatismo solo hay uno con diferentes pretextos y diversos métodos.
La junta militar argelina y su cultura de desestabilización lo va a probar crudamente. Quien crea, arma, financia y teledirige a milicias separatistas no debe creer inmunizado en padecer el mismo destino de sus víctimas.
Por más vueltas que se de al asunto, el separatismo es uno e indivisible. Y por más medios que se le de nunca supera el estado de una insignificante lacra contra la razón y contra el derecho.
Contra Marruecos ya van siendo casi 49 años ¿Y qué? Marruecos nunca ha sido más fuerte que ahora, más creíble que ahora, más elogiado, considerado y admirado que ahora, no así el mentor de la milicia del Polisario que ha privado a su gente para dar a quien creía poder ejecutar su perversa agenda desestabilizadora.
Al final verá que, pese a todo, Marruecos es más fuerte que ayer, menos que mañana y que no es con guerras imaginarias y éxitos virtuales como se puede desestabilizarlo.
El Polisario que por no aceptar un censo de sus rehenes en Tinduf no representa a nadie, es, como dijo el experto francés en estrategia geopolítica Jérôme Besnard, en un artículo publicado en la revista «causeur.fr», “una organización «criminal» y «peligrosa» para la seguridad regional del norte de África”.
De quien recluta a niñas y niños de cortísima edad no se puede esperar absolutamente nada. Una organización delincuente que vive de la mentira y de la estafa.