Mi identidad no importa, solo mi mensaje. Mi hermana ha vuelto a Marruecos tras meses de hospitalización en Nuakchot, pero el resto de mi familia sigue en los campamentos del Polisario en Tinduf, olvidados por la “solidaridad” internacional y los “derechos humanos”.
En Argel deben haberse dado cuenta de que la sahilizacion del Sahara no fue buena idea. Su milicia del Polisario la utiliza como somnífero para sus rehenes en el gulag argelino de Tinduf, pero el mundo lo ve con inquietud y, sobre todo, como es: una nueva tentativa argelina de instaurar un foco terrorista para desestabilizar a su vecino marroquí.
No obstante, tanto en Argel como en Tinduf esperan a que las consecuencias serian graves y un tiro por la culata. Mentor y doméstico saben que con Marruecos este tipo de travesuras no puede servir y que se debe esperar a nefastas consecuencias.
De hecho, ha servido, entre otras, para corroborar las peticiones internacionales (muchas africanas) de incluir la milicia del Polisario en la lista de grupos terroristas.
Por otra parte, sirve ya a servir a ilustrar de manera fehaciente la necesidad de excluir una milicia terrorista de la Unión Africana.
En Marruecos no se excluye ninguna posibilidad, lo que mantiene a la banda del Polisario en suspense y a sus secuestrados en inquietud extrema.
