Unos viven en su Sahara marroqui, otros vegetan, atados a la vida en los campamentos argelinos de Tinduf
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
El gran y grave problema que dilapida todos los esfuerzos del verdadero objetivo de la banda del Polisario no es el Sahara “porque todo el mundo tanto en Argel como en su gulag de Tinduf reconocen en privado que la cuestión está definitivamente zanjada”, como revelaba hace unos días un dirigente disidente del Polisario (A.SIR).
Junto a este problema, el con sangrarse a que no se sepa el grado de desarrollo del Sahara marroquí y del nivel de la vergonzosa dependencia y pleitesía de/a la junta militar argelina.
Más problemas: La del Polisario y sus propagandistas en ciernes en las redes sociales. anécdota de más actualidad hoy por hoy en los campamentos son los comunicados de una guerra que no existe más que en la perturbada imaginación de los caciques de la milicia.
En Tinduf todo es virtual… todo es mentira… todo es alucinación que como reza la obra árabe sobre el legendario “Achaab” inventaron mentiras y acabaron por creerlas.
A.SIR está persuadido que la mala sorpresa para el Polisario y sus aves de rapina vendrá de Argel “no dentro de mucho”.
“La cuerda de la mentira, dice el refrán árabe, es corta… muy corta”.