la junta militar argelina no ha sido aceptada porque no es como alucinan sus mandatarios
Said Jedidi es periodista y escritor. Director de ingfomarruecos.ma y de conacebntomarroqui.blogspot y embajador de la Paz por el Circulo Universal de Embajadores de la Paz (Suecia/Francia)
Se había especulado tanto que algunos alucinaban con que Argelia estrenaría el rango de super potencia.
Pero, a raíz de la Cumbre del Brics y de su decisión sobre su ampliación, las reacciones variaban entre el surrealismo geopolítico, propio de los regímenes autoritarios y la condena de la mala gestión de los asuntos del Estado por argelinos exiliados.
El Brics ha hecho caer las máscaras y, de cierta forma, las autosugestiones. Lo cierto es que la explicación más lógica es que la junta militar argelina no ha sido aceptada porque no es como pretenden sus mandatarios.
Tener una milicia armada suscita la curiosidad de muchos que se preguntan por su ubicación geográfica, su dimensión histórica, su economía, su baraje geopolítico y, por ser autollamada “Republica árabe…” si es reconocida por la Liga árabe, por la OCI o por la ONU.
No todo el mundo es ingenuo y llevarse al jefe de una milicia a expensas de los fondos del contribuyente argelino a una Cumbre de aquella categoría era peor que un, crimen, un error.
En efecto, como afirman muchos, el Brics es la génesis de un nuevo orden mundial en el que Argelia es lo que es: un país subdesarrollado, entre los más tercermundista que, habida cuenta de sus enormes riquezas naturales hubiese podido ser otra cosa, pero ha elegido hipotecar sus perspectivas, dilapidando sus recursos en una inútil milicia del Polisario que frena su desarrollo y su avance.
Por ello Argelia no ha sido aceptada en el Brics con el que soñaba rabiosamente.