Ramtane Lamamara
ex Ministro argelino de AA.EE.
(Mondafrique)
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Otra remodelación ministerial. El viejo Lamamara se va. Viene otro y otro y otro… y el Sahara es, fue y va a ser siempre marroquí.
La junta militar no logrará nunca comprender que el problema no es un ministro ni un relevo ni un presupuesto para desestabilizar a Marruecos. Nada de ello puede alterar el curso de la marroquinidad del Sahara.
La solución consiste en la logia de sensatez… en el sentido común… en la renuncia a inútiles y costosas milicias. Como ayer y como mañana. El problema se llama política exterior y concepciones y orientaciones geopolíticas. El problema es el Polisario. Es la obsesión de Marruecos y sus progresos. Es la pregunta a quién han servido los miles de millones de dólares de los fondos públicos consagrados a atentar contra el vecino marroquí.
El problema es la junta militar argelina… Se va Lamamara y viene Ahmed Attaf pero el problema sigue el mismo porque nunca fue de hombres sino de políticas, de mentalidades, de graves alucionacipones, de malos cálculos…
En Exteriores argelinos los hay que conocen la solución, pero no se atreven a revelarla porque saben que el régimen militar ha impuesto la ley de que elogiar a Marruecos es un… un pecado.