Brasil busca un nuevo canciller después de la demisión, en la noche del 22 de febrero, del titular del Palacio de Itamaray, el socialdemócrata José Serra, quien solicitó por carta al presidente Michel Temer su demisión por problemas de salud.
La renuncia de Serra al cargo se barajaba en los medios políticos y periodísticos desde mediados de diciembre cuando fue sometido a una cirugía de la columna vertebral por lo que los médicos le recomendaron un reposo de cuatro meses.
En su carta al presidente, José Serra alega precisamente que “problemas de salud me impiden mantener el ritmo de los viajes internacionales inherentes a la función de canciller, por no hablar de las dificultades para las tareas de día a día”.
Sin embargo, analistas políticos atribuyen la salida del canciller Serra a una caída en la imagen internacional de Brasil tras la destitución parlamentaria de la expresidenta Dilma Rousseff, el 31 de agosto de 2016, y la acentuación del aislamiento del país por la agresividad en la gestión de las relaciones con algunos países vecinos, en particular Venezuela.
De igual modo, pudo haber influido el factor Donald Trump ya que el presidente norteamericano se ha comunicado telefónicamente con varios jefes de Estado del mundo pero no con el brasileño Michel Temer.
Cabe recordar que Brasil se había convertido en el primer interlocutor latinoamericano de las administraciones de George W. Bush y Barack Obama. Por eso, nombres de dos exembajadores en Washington, Rubens Barbosa y Sérgio Amaral, se barajan como posibles sucesores de José Serra.
También se menciona el nombre del senador socialdemócrata Aloyso Nunes, jefe de la bancada gubernista en la cámara alta, quien ha sido presidente de la Comisión de relaciones exteriores y candidato a vicepresidente en los comicios de 2014.
(*)Periodista especializado en temas iberoamericanos.