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BUENAS INTENCIONES: Elias D. Galati

Reflexiones

Res non verba (hechos no palabras) frase atribuida al senador romano Catón el viejo.

La intención es la determinación de la voluntad en orden  a un fin.

Significa también designio, propósito, decisión.

Es ir hacia algo, un acto del entendimiento por el cual éste se dirige al objeto que desea conocer.

La intención es indispensable para aprehender el objeto deseado.

Dicen los psicólogos que la intención es proponerse una meta con clara conciencia del fin y con deseo o propósito de lograrlo.

Más hay un segundo paso en este deseo, que es la disposición consciente a luchar por concretarlo tan pronto surja la oportunidad.

Esa es la postura filosófica de la intención entendida como deseo, aspiración, voluntad, referida a una actividad práctica sobre el propio objeto.

Es decir la intención necesita la concreción del objeto de la aspiración o deseo desde la voluntad manifiesta que se refleja en la acción tendiente a su logro, a su consumación.

La intencionalidad le da sentido moral a cualquier acto, aceptado por la ética finalista que le da valor a la intención.

Para Santo Tomás es el acto de la voluntad que ordena algo hacia un fin.

Ella es entonces el acto de la voluntad, el ánimo con que se hace que le da mérito y valor.

Aristóteles sostiene que el análisis del acto moral se refiere a la ética del móvil, es decir porque  se hace, cual ha sido el motivo de la acción.

Kant insiste en el valor de la intención como exaltación de la buena voluntad.

Pero debe tenerse en cuenta que se juzga la intención desde la acción que ella motiva, y que ha sido realizada.

Por eso la cita romana, el acto sigue a la palabra, la mera intención sin obrar es vacía, sirve sólo como propósito no concretado.

Entonces la importancia de las buenas intenciones es la de un catálogo, un recordatoria de aquello que debe hacerse.

Pero a  pesar de  reconocer el valor moral de la intencionalidad, el mundo post moderno nos plantea la paradoja de expresar en las palabras de comunicadores, líderes, poderosos y famosos, intenciones violentas, dañinas, perjudiciales, autoritarias y discriminatorias.

Sucede frecuentemente y en casi todo el mundo, y se ha naturalizado como un hecho común.

La intención pierde valor, ya que despojada de su sentido moral se prostituye, a pesar de ser cada día más frecuente y alimentar reyertas y situaciones bélicas.

Podría decirse en varios sentidos, que ahora se ha revelado la verdadera intención y que en muchos casos siempre fue así, más no deja de ser un retroceso en el sentido existencial.

Por otra parte muchos de los comunicadores, empresarios, políticos, sindicalistas, líderes sociales y personas con poder expresan buenas intenciones en sus palabras, pero las que no van de acuerdo con su comportamiento, con su nivel de vida, con la forma en que se relacionan con los demás o ejercen su función o sus negocios.

Res non verba, verborragia de palabras y nulidad de acciones.

Es una de las facetas más perversas de la hipocresía social.

Ponerse en un lugar a sabiendas, que todo lo que digo no lo voy a hacer, y que estoy comprometido existencialmente con otro estilo, con otra condición de vida, y que poco me importa lo que pase a mi alrededor, mis congéneres, los hombre y el mundo.

¿Qué sentido tiene esta intención?

¿Lavar la conciencia, oprimir al otro, conservar privilegios y fortunas, creerse superior?

Hay un poco de todo, en especial una soberbia descarada que pone por encima del común de los demás a quienes la ejercen.

La buena intención es necesaria, es un catálogo de acciones que nos direccionan hacia el bien, la solidaridad y la vida digna, y tiene como corolario la felicidad de todos.

Pero la buena intención concluye con la acción, con la buena acción que de ella surge y que permite que seamos verdaderamente humanos, desde nuestra racionalidad y desde nuestra voluntad de hacer lo justo, lo que es verdadero, y aquello que merecemos y merecen nuestros hermanos.

Que sea nuestra conducta, actuar en consonancia con nuestras buenas intenciones.

   LA NAVE

Llevas la nave en medio del temporal

no hay elementos que lo puedan contener

el destino es lejano, difícil de alcanzar

quizás puedas el rumbo sostener.

 

Así está tu alma, parece naufragar

en  esta tormenta que no puedes entender

tu vida y el mundo ambos por igual

van a la deriva, entonces ¿qué hacer?

 

Hay un gran vacío, quedas en soledad

de nada te sirve todo tu saber

la existencia fluye,  la cruel realidad

 

golpea tu alma, no existe el placer

sólo la esperanza de poder amar

terminar la vida cumpliendo el deber.

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