La solicitud de Marruecos de volver a la Unión africana no parece resultar al gusto de algunos, a su frente, no podía ser de otra manera, Argelia cuyo ministro de relaciones exteriores desde hace semanas, cada vez que abre la boca es para criticar a Marruecos.
Es normal. De Ramtane Lamamra no se podía esperar otra cosa. Él y su homologo sur-africano saben pertinentemente que más del 90% de los países miembros de la UA están hartos de Argelia y de sus pulgas. A este respecto, el Sr. Lamamra y sus comanditarios militares saben pertinentemente y no pueden evitarlo, que el método Mohamed VI con sus visitas a algunos países africanos ha resultado devastador para sus planes y sus chanchullos e intrigas.
Hoy por hoy, hasta países como Mozambique fiel aliado en el continente africano de toda empresa subversiva o separatista, anhelan beneficiarse, como muchos otros de este método Mohamed VI de desarrollo Sur-Sur y de partenariado estratégico inherente de impulsar el bienestar y la prosperidad en los países visitados y en Marruecos.
Hicieron lo que pudieron. Y ahora solo les queda difamar y alucinar.
Pero no es solo esto. Como un problema, como decimos los marroquíes, nunca viene solo, el nombre del nuevo secretario general de la ONU, el portugués, Antonio Gutierres y su, también método y concepción del expediente del Sahara asusta e inquieta.
De deslice en deslice… de pinchazo en pinchazo… de resbalo a otro Argelia y su pulga apostaban por la UA que ahora va dando espalda a sus cabos, hasta hace poco ineludibles.
África necesita algo más que los que expulsan a sus hijos y los deportan. Algo más que los que convergen su mirada hacia otra parte para no tener que denunciar el desprecio y la profanación de la cúpula argelina de los principios y de la dignidad de sus hijos. La UA y así lo dijeron muchos en voz alta y en mayúscula necesita a marruecos.
