El rey Mohamed VI ha dado sus instrucciones para el lanzamiento, inmediatamente, de la segunda fase de integración de las personas en situación irregular actualmente en Marruecos.
Tal y como se previa para finales de este 2016, la comisión nacional encargada de la regularización y la integración de los emigrantes en Marruecos en su comunicado cuyo texto es el siguiente:
“En el curso de la gira por países de África subsahariana, muchos Jefes de estado han tenido a bien felicitar al rey de Marruecos por su política migratoria que tiene a integrar económica y socialmente a las personas en situación irregular, principalmente procedentes de los países de África subsahariana.
Habida cuenta del éxito de la primera fase de regularización que tuvo lugar durante el 2014, el soberano dio sus altas instrucciones para lanzar la segunda fase de integración de las personas en situación irregular como era previsto, para finales de este 2016.
Es segunda fase que será lanzada inmediatamente, se desarrollara, según las mismas condiciones que la primera fase, que había abarcado a cerca de 25 000 personas.
El Soberano lo había afirmado en su discurso del 20 de agosto del 2016 con ocasión de la Fiesta de la Revolución del rey y del Pueblo que: “Marruecos figura entre los primeros países del sur en haber adoptado una política soldaría auténtica para acoge a los emigrantes subsaharianos, según una concepción humana integrada que protege sus derechos y preserva su dignidad” dijo entonces el monarca, quien precisó a este respecto: “para poner en marcha esta política, nuestro país, sin superioridad ni arrogancia ni denigración ni discriminación, ha procedido a la regularización de los emigrantes conforme a criterios razonables y equitativos, creando para ellos las condiciones apropiadas para establecerse, trabajar y vivir dignamente en el seno de la sociedad”.
“Todo esto –dijo entonces el soberano, no tiene nada de extraño cuando se constate la acogida reservada por los marroquíes a sus huéspedes. En efecto, las cualidades de hospitalidad, de benevolencia y de cordialidad están arraigadas en nuestra cultura y nuestras seculares. Observamos con mucha consideración y satisfacción lo que hace la particularidad de estos emigrantes. Es decir: una buena moralidad y una buena conducta respecto al prójimo, el ahínco en la obra, el respeto de la ley, de los valores y las constantes sagradas de los marroquíes”.
“Reafirmo, dijo el monarca, que no hacemos más que cumplir con el deber que nos incumbe respecto a esta categoría, puesto que se trata de personas que la precariedad ha empujado a arriesgar sus vidas y a abandonar sus familias y su país”.
Finalmente el soberano había recordado que “marruecos ha rechazado durante mucho tiempo los métodos seguidos por algunos para tratar las cuestiones de la emigración, métodos que se demostró que eran ineficaces. En cambio, Es orgulloso de la acción que lleva a cabo en el dominio de la acogida y de la integración de los emigrantes y no dará marcha atrás en esta concepción práctica e humanitaria”.
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