Durante el día de ayer y como comentario a una crónica sobre la manipulación y la desintoxicación del tema del Sahara en España, una lectora, comentaba:
“Acabo de compartir un programa de carne cruda (el diario) donde los periodistas han manifestado su total simpatía hacia « el pueblo saharaui »… Llamado invasor a Marruecos y deseando la libertad y la recuperación de sus tierras a los « pobres y vulnerables » saharauis en los cámpame, de Tindouf… Me preocupa mucho la desinformación que propaga la prensa española y me pena el silencio de sus homólogos marroquíes…”.
Lo normal… lo de siempre. Pero tanto Mouna Amja como los españoles que podrían leer estas líneas deben saber que este tipo de “solidaridad” de pandereta de algunos españoles asume el 80% del drama de estas poblaciones saharauis y sahrauizadas que vegetan en los campamentos argelinos de Tinduf y que más que vivir, están atadas a la vida.
En efecto, en marruecos nos duele de verdad y no con lágrimas de cocodrilo porque algunos de ellos son nuestros hijos y cuando expresamos nuestros votos de un pronto retorno a su país: marruecos ni vemos “comisiones” en la malversación de la ayuda humanitaria internacional ni pensamos participar en el “comercio” de asistencia doméstica de saharauis en España ni expresamos visceral e infundado odio y rencor hacia algún país.
No. Lo decimos en voz alta y en mayúscula: Los saharauis, según la ONU viven, unos, una ínfima minoría en la argelina Tinduf y la inmensa mayoría en su país: Marruecos. Y entre ambos hay una diferencia abismal. ¿Saben por qué? Porque los que viven en su tierra (Layun, Smara, Dakhla, Bojador etc.) ni mendigan ni necesitan mendicidad ni solidaridad de nadie. Son dignos saharauis de pura cepa que viven y ejercen sus derechos y asumen sus deberes como el resto de sus hermanos marroquíes.
No les falta nada… absolutamente nada. Son dueños de su destino y piensan en voz alta sin necesidad que nadie se pronuncie en su nombre.
La solidaridad, medio comercial, medio politizada cuando no sometida a consideraciones de orden extra-moral, no es solidaridad y es justamente la que busca y encuentra siempre el medio de eternizar esta tragedia saharaui.
Ahora bien, Marruecos ha hecho/hace poco, insuficiente, mal y a ciegas. La actual situación del Sahara en España no es fruto de hoy o de ayer, sino de una trágica ausencia marroquí desde que comenzó.
¿Es tarde para volver a comenzar? Nunca es tarde para volver a comenzar bien y en total y perfecto conocimiento de la causa y del entorno.