Buenos días Marruecos

Buenos días Marruecos Gobierno o no gobierno: Típicamente marroquí

 

Todo parecía fácil y totalmente al alcance de la mano. Pues era un espejismo o casi porque la formación de la mayoría parece relativamente más complicado de lo que se pensaba o por lo menos de lo que pensaba el jefe del Gobierno designado.

Oficialmente encargado por el rey el 10 de octubre pasado de formar el futuro gobierno de la nación, hace casi un mes que Abdelilah Benikran negocia hasta ahora, a juzgar por lo que trasciende o por la psicología del rumor, infructuosamente.

Sin embargo toda valoración al respecto seria prematura porque a excepción del PAM y de la FID (Federación de la Izquierda democrática) que han anunciado su intención de ser opositores, el resto de las fuerzas políticas del país no se oponen a la idea de formar parte del gobierno, lo que da una idea aproximativa de la complejidad de la política y de los políticos en este país.
Y como si esto no bastara el propio Benkiran en una declaración a la agencia de prensa alemana ha aumentado la incertidumbre y a través de ella la confusión y la indecisión: “No necesitamos más que un solo partido. Es decir unos 20 escaños para formar la nueva mayoría”, dijo el jefe del Gobierno designado.

Un mensaje codificado a los partidos: “Estamos negociando ahora con tres o cuatro partido cuando uno de ellos decida nos pondremos al trabajo”, agregó.

De hecho la tarea de Benkiran no es tan fácil como lo da a entender. Su preferencia por la Kutla (PI, PPS y la USFP) complica más las cosas. Como su improvisado aliado el MP, la RNI que comienza a hablar en nombre de sus “dos aliados potenciales UC y MP” exige a Benkiran de prescindir de los nacionalistas del Istiklal, lo que, a todas luces sería un suicidio para él y para el PJD.

Por ahora (y solo por ahora porque no se debe descartar ninguna eventualidad) Benkiran ha reiterado su determinación a no ceder al “chantaje”.

En este crucigrama la liebre que puede saltar en todo momento y de cualquier lugar es que en el proceso de negociación y de transacción intervienen, activamente, desde hace días, Hamid Chabat y Nabil Bnabdellah.

Los próximos días serán decisivos pero a juzgar por la aparente tranquilidad de Benkiran y de algunos de sus próximos colaboradores, la liebre está a punto de saltar y todo quedara” en un “tira y afloja” para conseguir más.

Lo prueba, cuando menos la enigmática ausencia de las folklóricas maneras de barajar soluciones alternativas a la incapacidad de formar gobierno que en este país, con esta prensa, y esta elite política no es poco.

Mientras no hay una cultura de portavoces, todas las posibilidades se convierten en certezas.

 

 

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