La segunda etapa de la gira real por algunos países africanos, especialmente Nigeria, ha sido de una importancia absolutamente excepcional. Este mediodía hablábamos aquí mismo de economía diplomática o de la diplomacia económica. El resto también reviste una trascendencia capital para el país.
Tanto que se ha olvidado las transacciones para formar el futuro gobierno o casi. Ni tanto, ni tan poco, porque con los brillantes resultados del periplo del soberano, las negociaciones sobre el gobierno deben conocer un impulso natural. Se trata de objetivos, finalidades y prioridades que, en principio deben acelerar la formación de este gobierno. Las inversiones del reino en algunos países visitados van a constituir el grueso del comienzo de los ministerios de carácter económico y financiero y la labor de éstos y del resto de los ministerios del futuro gobierno van a encontrar un terreno fertilizado en el continente africano y unas orientaciones trazadas para abrir una nueva página de Marruecos con el resto de los países del continente y del mundo.
De donde no sería exagerado decir que la gira real era, de cierta forma, una manera de formar, si no la composición y la arquitectura del próximo gobierno, por lo menos su mapa de ruta y la orientación de sus líneas maestras en materia de economía, finanzas y de política exterior.
O sea: junto a la bendita agua que cae en el país desde hace días, los exitosos resultados de la gira real constituyen un incentivo para que todo el mundo olvide sus discrepancias y se ponga a trabajar por el bien e interés general