Tercera etapa de una gira real que ha conducido al rey Mohamed VI a Etiopia y más tarde a Madagascar, Nigeria ha suscitado toda la inquietud y toda la “curiosidad” de los responsables argelinos.
Como en las precedentes etapas, en Nigeria acompaña al Soberano una importante delegación compuesta, especialmente por los consejeros reales Fouad Ali El Himma y Yassir Zenagui así como los ministros, de Exteriores y Cooperación, de Habus y Asuntos islámicos, de Economía y Finanzas, de Agricultura y Pesca y el ministro delegado ante el ministro de Exteriores.
Primera de su género en Nigeria, la visita del rey Mohamed VI expresa la voluntad de Marruecos, elevada al más alto nivel, de diversificar sus socios en África y de extender el modelo de cooperación Sur-Sur que Marruecos ha desarrollado con, sus socios tradicionales en el contingente.
El gasoducto entre ambos y una serie de acuerdos ilustran la nueva era en el continente marcada muy especialmente por un Mohamed VI que aporta esperanza y promesas de bienestar y desarrollo en el marco de una cooperación Sur-Sur y una Argelia que se pasea con sus milicias polisaristas anunciando el separatismo y la división.
Como en otras etapas las miradas de los mandatarios africanos convergían hoy y anoche hacia Abuja, capital del gigante africano donde el rey Mohamed VI inauguraba una nueva era de distensión y de fructífera cooperación, una acción ya experimentada en otras etapas visitadas por el monarca y que han dejado un sabor de cita con el futuro.
Evidentemente nunca llueve al gusto de todos. Tampoco esta vez parece haber llovido al gusto de Argelia y los suyos, visiblemente muy preocupados por los resultados y los impactos de estas visitas reales por algunos países del continente africano.
