Cronica desde TindufFeatured

Campamentos argelinos de Tinduf Los que tienen y los que no tienen

Los de la estrella y los estrellados

 

 

Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.

 

El tema N°1 en estos campamentos de la vergüenza: ¿Qué tiene fulano y qué tenia hasta hace poco? Una pregunta que ilustra la criminal política de la cúpula de la milicia del Polisario de gastar más en sus voceros y en redes sociales que en una repartición equitativa de las raciones de la ayuda humanitaria.

Miembros de la dirección de la banda, hijos de pastores y nietos de pastores con inimaginables cuentas bancarias en Canarias y en otras partes de Europa. ¿Qué preparan? ¿Su futuro y el nuestro? Vuelve a ser actualidad aquello de que las ratas son las primeras en subir a bordo durante un naufragio.

La riqueza… es en lo único que creen. Después de ellos el diluvio. La gente se pregunta sobre su futuro y el de sus hijos. Nin guna respuesta: anacrónicos slogans cubanos, muchas banderas, muchas fanfarronadas y una sola labor: reunir el dinero y la fortuna. “Nadie sabe de qué está hecho el mañana”.

Cuenta la gente que los mentores argelinos conocen a todos los ladrones, pero se limitan a preparar informes y los tienen atados de la nariz.

A la gente no le interesa. Quiere comer… quiere vivir decente… quiere respirar… quiere ser como sus hermanos en el Sahara marroquí con orgullo y dignidad.

En este gulag argelino de Tinduf la gente se marchita… se desgasta. Mañana puede ser tarde. El país: Marruecos esta a la vuelta de la esquina. Ya van siendo 48 años. No es sano vivir de sueños perversos.

Afficher plus

Articles similaires

Bouton retour en haut de la page