Diarias manifestaciones ante la residencia de Brahim Ghali incluso enfermo
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a poder llegar parte de ellas
¡Mano dura! Exclamaba ayer un esbirro de los comandos de vigilancia y de “seguridad” nunca oficializados y que siembran el terror entre la población de estos tristes campamentos.
“El objetivo, según un próximo a los círculos de ‘poder’ en la cúpula polisarista, es aplacar las ‘osadías” de algunos”. Alusión a los no pocos que han comenzado a “pensar en voz alta”. La cúpula del Polisario quiere pensar en lugar de la gente y solo con una autorización en doble ejemplares se puede pensar en los campamentos.
En cuanto a comentar, es determinantemente prohibido bajo penas que pueden ser hasta de solo los dirigentes de la banda saben.
El “Frente” sabe y piensa en lugar de todos. Pero la gente duda… sospecha y pregunta sobre esto y aquello. Centenares de afirmaciones en lo que llevamos de este abril, resultaron puras mentiras e invenciones. “Por ello van a buscar lejos, a África del Sur, a Venezuela a…” comentaba un joven aparentemente harto de aquello de “nosotros ordenamos, vosotros obedecéis”.
A pesar de todo, la gente se atreve a preguntar, a comentar y a desafiar.
En los campamentos de Tindouf nunca hay respuestas…