Cronica desde TindufCrónicasFeatured
Campamentos de Tinduf: Marruecos está cerca

Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Interesante conversación, casi murmurando entre un grupo de personas del campamento Auserd (mientras que las ciudades y localidades en el Sahara marroquí conocen un reconocido por propios u extraños, reconocimiento por su vertiginoso desarrollo, el Polisario mete nombres a vetustas tiendas de campaña):
Como si no conociésemos quién nos quiete y quién se sirve de nosotros, reflexionaba una anciana, quejándose a Dios haberla condenado el Polisario a la miseria mientras que ellos “se pasan sus días y noches en hoteles de cinco estrellas en Las palmas”
Hasta la cúpula del Polisario o gran parte de ella lo sabe
Si con alguien podemos cobrar nuestra dignidad es Marruecos porque es nuestro país y es un país civilizado y democrático no como aquí donde prevalece la ley de la selva y la discriminación rival y hasta familiar
Nos cuentan desde Layun, Smara (mi ciudad natal) Dajla o Bojador como viven los saharauis y se nos hace agua la boca
¿Y qué esperáis?
A nuestra edad nuestro destino está entre las manos de Dios
Francamente, yo creo que el mío aún no está sellado y no es el Polisario que lo va a sellar
43 años de falsas promesas, de mentiras de “será mañana, pasado, el mes próximo, el año próximo…. El siglo próximo”
Y lo que aún nos espera…
Dios Tenga piedad de nosotros que nos ha tocado vivir en este gulag argelino, bajo el yugo del peor régimen pol potista de la historia.