Las naciones dolorosamente heridas,
caminan senderos convulsionados.
Esperanza, agazapada, clama Paz.
Urge renacer al hombre nuevo,
rescatarlo de las tinieblas de la sinrazón,
convertirlo en el jardinero sembrador
de virtudes y armonía universal.
Qué en la hora cero, del Año Nuevo,
el tañido de campanas y sonido de trompetas
lo despierte de su letargo…
para que al ángel de la equidad, espíritu puro,
imponga orden en el caos que vive la humanidad .
Poetas del planeta, hagamos una ronda gigante
tomados a la mano de Esperanza,
sin distinción de razas, lenguas y credos,
unamos nuestras voces en un grito
que llegue al trono del Rey de Reyes,
imploremos su gracia divina,
que dispare rayos de amor y sabiduría
que iluminen nuestra mente,
alimenten nuestro corazón,
y fortalezcan nuestro espíritu
Para hacer realidad la PAZ