
Otra vez la guerra, el odio y la muerte.
La angustia en los niños y en sus mamás.
Correr a esconderse antes que un misil alcance,
su casa, su escuela u otro lugar.
Nada se puede recomponer.
La alianza se ha roto.
Solo odio y muerte queda del convenio.
Un rencor atávico que nunca termina,
porque las posturas no quieren cesar
y solo una cosa es la que interesa:
Pisotear el mundo y poder ganar.
No importan los niños, no importan los viejos.
No existe el Amor.
La paz no se conoce, porque no se desea,
ni para ellos, ni para los demás.
Sólo el odio existe, el aborrecimiento,
la indiferencia y la desconsideración,
para el pobre humano que,
sin culpa ni cargo
sufre resignado la subestimación.
Ojalá algún día
puedan darse cuenta,
que el bien más preciado de la humanidad
aquél más hermoso, más bello y divino
tiene un solo nombre y se llama PAZ.