
Sin duda alguna, el dinero es algo vital en la vida de cada uno de nosotros, para comprar lo esencial, y también para salvar nuestra dignidad y nuestra decencia.
En cambio, el dinero es incapaz de comprar un amor verdadero, un fiel amigo o la salud para un enfermo incurable, ni tampoco puede hacer volver el tiempo perdido o conceder la felicidad a la gente, ¿Cuántos millonarios sufren del insomnio y de los pocos escrúpulos a pesar de sus millones hasta envidiar a los pobres sanos y felices?
Por lo tanto, el dinero divide a las familias ¿cuantos hermanos se llevaban muy bien antes de que la herencia les separó y cuantas familias ricas niegan a sus pobres parientes.
Es dificil reconocerlo, pero el dinero profundiza el trecho entre las personas hasta el punto de que la gente habla solamente el lenguaje del dinero y no respeta màs que al que lo tiene.