La pregunta puede parecer, por lo menos, a algunos, un poco desplazada. Probablemente pero legítimamente porque, entre otras mil razones, el poder de la prensa y de la comunicación en Occidente… todo Occidente hasta la Suecia que se autoproclama diferente lo ha tergiversado todo… absolutamente todo hasta los valores morales.
De tal modo que nadie en estos países occidentales u occidentalizados como Japón, Corea del Norte o algunos países de América Latina tiene la menor idea de cuántos niños mueren en Siria o en Irak, en el Yemen o en Libia ni quién los mata realmente y qué actitud se debe adoptar ante estas masacres para, si no acabar con ellas, al menos paliar su dimensión y su envergadura.
De los niños palestinos ni hablan ni quieren escuchar hablar. Sin embargo a nosotros que todos los niños del mundo son iguales, denunciamos y volvemos a denunciar los crímenes de la entidad sionista contra los pequeños y pequeñas palestinos, de los/las cuales 35 están actualmente en prisiones israelíes.
Preguntar por qué democracia puede tolerar esto sería pecar de ingenuidad, pero si qué demócrata puede aceptar esta triste realidad. 350 pequeños y pequeñas que ni siquiera conocen el mundo ni la vida sin objeto de los peores atropellos en las celdas de un “estado” catalogado por Occidente como el más democrático de la región.
Si son así y nunca cambiaran si no los cambiamos nosotros. Así van a seguir despreciándonos mientras los consideramos como ejemplo.
Un solo niño francés, americano o inglés en una prisión de un país árabe le costaría coaliciones militares, ataques y finalmente ocupación.
