El hombre tiene ideas y visiones. Un poco inhabituales, tal vez, por su sinceridad y su tono de trasparencia, pero llama al pan, pan y a las cosas lo que son.
Primera opción geoestratégica: el nuevo presidente electo de Estados Unidos acaba de sugerir de que su país deje de combatir al presidente sirio Bachar el Assad y consagrarse a la lucha contra Daesh y demás grupos terroristas en este país.
Primer mensaje a Paris y Londres y primera verdad que traduce la realidad de la presencia americana en Siria, en Irak y en todo el mundo. Una cosa es lo que afirman y otra diametralmente opuesta lo que hacen y quieren.
Tanto en Irak como en Siria Daesh no es más que un tigre de papel pero que se oculta detrás de Estados Unidos, sus aliados occidentales y sus satélites regionales.
Con el régimen sirio Washington no ha podido durante más de 5 anos, con Daesh si hay voluntad política desaparecería de la región y del mundo en menos de una semana.
Naturalmente las primeras reacciones de los domésticos de Estados Unidos en la zona no son positivas y no lo podían ser. Han invertido miles de millones de dólares para derrocar un régimen que ahora el nuevo presidente no lo ve correcto.
¿Quién es, pues, correcto y quién n o lo es? ¿Quién es amenaza a la paz y a la estabilidad regional y mundial y quién no lo es?
Trump no hace más que estrenar lo que podría ser una diplomacia activa y trasparente. Ahora no importa lo que dijo, sino lo que dice y va a decir y sobre todo hacer.
El mundo está construido sobre mentiras. De ello se nutren algunos como aves de rapiña como Estados Unidos, Francia, Inglaterra etc.
No es que el nuevo presidente de estados Unidos vaya a cambiar las cosas, pero si va a comenzar a cobrar los “servicios” de su país a otros satélites y agentes.