Con el curso de los acontecimientos en Alepo y casi con seguridad en Mosul en Irak, solo Francia alza la voz y trata de impedir una derrota total a los terroristas de Daesh y demás fracciones en Siria y en Irak.
Curiosamente Paris no ve las atrocidades de Daesh pero sí y en primeros planos (planos americanos como dicen los cineastas) los avances y la manera de actuar del ejército sirio y sus aliados.
De hecho ¿Cuál es la posición de Francia al respecto? Despliegan una intensa actividad sin divulgar nunca lo que pueden ganar o perder. La diplomacia gala no tiene otra finalidad desde el giro de 180 grados en el aspecto militar en Alepo y en torno a Mosul que la de tratar de salvar lo que pueda.
En Siria, en Irak y en todo el mundo árabe las alegaciones francesas de derechos humanos, libertades y democracia provocan una desenfrenada risa. Todo el mundo sabe lo que busca, cobra y por ello obra Paris.
A juzgar por su actitud, parece que el fin de terrorismo en Siria y en Irak puede constituir, para Francia, y sus comanditarios, una auténtica tragedia nacional.
Ahora con el avance del ejército sirio e iraquí parece que la única inquietud de Francia, Turquía, Estados Unidos y sus satélites o domésticos se centra en el medio de salvar a los “combatientes “(los mercenarios) probablemente para otra ocasión y para otra misión. Por ello sus instrucciones es no perder de vista a la población civil para que sirva de pretexto y de argumento.
Un refrán árabe dice que cuando escuches que el tambor comienza a precipitarse debes saber que la música está a punto de terminar.