Un discurso mapa de ruta para lo que debe ser la acción gubernamental no apto a ninguna interpretación de orden partidista o política. El discurso real lo que fue y no lo que muchos querían o quisieran que sea o que fuera.
Las cosas claras: “Marruecos necesita un gobierno serio y responsable –dijo el soberano- No obstante, la formación del próximo gobierno no debe ser un asunto de aritmética, que e tratara de satisfacer los deseos de los partidos políticos y constituir una mayoría numérica como si se tratara de repartir un botín electoral”.
Un mensaje para todos… unos más que otros, porque todos conocemos quién exige carteras y privilegios, quien se presenta sin ningún programa y quién solo quiere poner un palo en la rueda.
“El gobierno es, en el fondo, un programa claro y prioridades definidas en torno a las cuestiones internas y externas, principalmente con África. Un gobierno apto a superar las dificultades heredadas de los años anteriores, sobre el respeto de los compromisos de Marruecos respecto a sus socios”, dijo el rey para trazar la línea de orientaciones del futuro gobierno.
Un discurso que daría un fuerte impulso a la formación del futuro gobierno y por inyectar una fuerte dosis de moralización a las actuales transacciones de cara a la formación de este gobierno, el discurso y su mensaje al Jefe del gobierno designado y a sus interlocutores del resto de los partidos políticos va a moralizar el curso de las negociaciones y hasta el nivel y la calidad de las exigencias.