El rey Mohamed VI y el presidente argelino A. Tabboune
Said Jedidi es periodista, escritor y embajador de la paz por el Circulo Un,iversal de Embajadores de la paz
“Dios he trasmitido”. La mano tendida de Marruecos, expresada por su soberano en su discurso del Trono del sábado por la noche sigue suscitando interés y adhesión internacionales, acaparando la atención de los expertos en materia geopolítica y de los amantes de la paz y de la justicia en general.
Como lo comentaba el académico argentino, Juan José Vagni:“el cierre de las fronteras entre Marruecos y Argelia no responde a ninguna lógica y que contribuye al cierre de mentalidades ».
Pero no se trata solo de fronteras sino del estado de relaciones en hibernación, entre los dos vecinos desacertadamente y contra toda lógica, desde hace casi medio siglo.
Con su habitual atinada visión de las soluciones paleolíticas y económicas del mundo (nuestro mundo que nos prefiere divididos y confrontados), el Rey Mohamed VI acaba de enriquecer el diccionario de ciencia política con su lógica de sensatez, un concepto y concepción contra la polarización y por la complementariedad y la cooperación. Un no, en voz alta y en mayúscula a la paz caliente que sucede en todo el mundo a la anacrónica guerra fría.
Lo ha resumido magistralmente el mayor de los analistas del think tank Policy Center for the New South (PCNS) el experto en geopolítica y relaciones internacionales brasileño, Marcus Vinicius de Freitas cuando subrayó, comentando la visión estratégica del Rey Mohamed VI al respecto: « Sería más juicioso que países de otras regiones del mundo, aun cargando el legado de una historia que ya no tiene por qué existir, aprender de la visión estratégica de SM el Rey, expresada solemnemente en Su último Discurso del Trono”.
La magnanimidad es esto: cuanto màs grande, màs modesto.
@InfoMarruecos
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