ONU: Argelia hace oídos sordos a los llamamientos a parar el adoctrinamiento militar de niños en su territorio
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni dedonde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, internada hace 11 meses en un hospital de Nuakchot, antes de decidir regresar a su país: Marruecos, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… preferente y casi exclusivamente con una ínfima parte de los saharauis.
El Polisario “amenaza” a los inversionistas extranjeros en el Sahara marroquí. ¡En serio! Replican, muriendo de risa los interesados que saben que el jefe de la milicia está ocupado con la construcción de palacete en Tinduf que cuesta 3 millones de dólares.
El Polisario pasa a ser dibujos animados para divertir. Ejecutando ciegamente, como todos los esclavos, las agendas del mentor, herido mortalmente por el BRICS, el Polisario amenaza sin saber como puede llevar a la práctica sus chiquilladas. En vez de asustar, mata de risa. Todo el mundo sabe que está muy ocupado con los tráficos en la región y la mendicidad para malversar la limosna que llega a los campamentos.
Los ancianos exclaman “hubiesen podido callarse la boca”. Son, cada vez más juna vergüenza para los que aún conservan el orgullo y la dignidad saharauis.
¡Amenaza de qué! Guerras imaginarias, ataques virtuales y ahora amenazas alucinadas. El delirio. El Polisario o lo que queda den él se ha convertido en el hazmerreír.