EL FUTURO DE LA RELACIÓN ESPAÑA-MARRUECOS: HACIA UNA CADENA DE VALOR Primera Parte Por: Óscar Moreno García-Cano* Ana Fernández de Bobadilla Fernández**
Las relaciones económicas entre España y Marruecos han pasado de descansar en una serie de medidas económicas voluntaristas para amortiguar los conflictos políticos (teoría del colchón de intereses) a fundamentarse en un vínculo económico interdependiente y complementario, basado en la inserción en una misma cadena de valor.
En este artículo se tratará de demostrar cómo, a partir de la integración económica de Marruecos con la Unión Europea, España y el vecino magrebí han ido desarrollando una cadena regional de valor (CRV), especialmente relevante en el sector automoción, y que replica, en cierto modo, lo sucedido entre México y EE UU tras la entrada en vigor del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Esta CRV estaría, además, posicionada de manera privilegiada de cara al futuro, dado el contexto actual de «globalización ralentizada», que estaría provocando el acortamiento de las cadenas de valor a nivel global.
Introducción:
Las relaciones entre España y Marruecos se han caracterizado históricamente por ser particularmente complejas y conflictivas. Desde la independencia de Marruecos en 1956, las relaciones bilaterales han estado marcadas por la existencia de conflictos cíclicos. El contencioso del Sahara Occidental, los problemas en materia de pesca y competencia agrícola, la migración o la reclamación marroquí de Ceuta y Melilla son sucesos que reflejan estas continuas tensiones políticas y diplomáticas entre los dos países.
No obstante, a partir de los años ochenta, España optó por el pragmatismo y el realismo político primando los intereses mutuos y la cooperación sobre el conflicto. Esto se plasmó de manera particular en 1991 con la firma del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación.
La cadena de valor como nuevo paradigma de la relación económica bilateral una de las manifestaciones más claras del proceso de globalización ha sido la fragmentación de los procesos de producción y el surgimiento de las cadenas globales de valor, o CGV (Peña, Bonet, y Moreno, 2013). Las CGV pueden definirse como el conjunto de actividades o etapas de producción que se realizan en diferentes países y que son requeridas para la elaboración y venta de bienes y servicios finales (Prades y Villanueva, 2017).
Las relaciones comerciales entre España y Marruecos son, desde el año 2012, un ejemplo de esta nueva realidad en la economía global actual. Dichas relaciones no se basan ya en el intercambio comercial interindustrial de bienes agrícolas por manufacturas, sino en la integración de las operaciones de las empresas españolas y marroquíes en una misma cadena de valor. Esta integración en la cadena de valor ha permitido que en el periodo 2012-2018 se hayan duplicado los flujos comerciales bilaterales, tanto en exportaciones como en importaciones, hasta alcanzar, prácticamente, los 15.000 millones de euros, lo que supone el 17 % del PIB marroquí. Todo esto ha supuesto que España, hoy en día, sea el primer proveedor y cliente de Marruecos, superando a Francia como primer socio comercial desde 2012, según datos de Eurostat, y desde 2014, según datos marroquíes de Office des Changes. Además, las relaciones se han vuelto más equilibradas y complementarias. En concreto, la tasa de cobertura comercial ha pasado del 170 % en 2012 al 115 % en mayo de 2019. Tasa de cobertura: X/M*100, donde X son las exportaciones y M las importaciones.
El futuro de la relación España-Marruecos
Con el fin de obtener una panorámica previa de la evolución de las relaciones económicas bilaterales, se procederá, en un primer momento, a la observación de los flujos comerciales y de la evolución de los índices de intensidad exportadora e importadora de ambos países con el fin de observar la especialización geográfica relativa que estos muestran. para este estudio, el periodo objeto de análisis comprenderá los años 2011 a 2018, siendo 2011 el año anterior a la entrada en vigor del acuerdo de libre comercio (alc) de bienes industriales y a la puesta en funcionamiento de la fábrica de Renault.
Los flujos comerciales con la región del Magreb muestran un incremento significativo del 38 %. de todos los países analizados, los flujos comerciales con Marruecos presentan la mayor tasa de crecimiento, un 51 %. de hecho, puede constatarse que tanto las exportaciones como las importaciones españolas a este país se han duplicado durante el periodo de análisis.
Los índices de mayor intensidad comercial con España los obtiene Portugal, y en segundo lugar, Marruecos. No obstante, se aprecia que, en el periodo analizado, dichos índices han aumentado en mayor proporción en el caso de Marruecos que en el de Portugal. Además, los flujos comerciales españoles son más intensos con la región del Magreb, por el peso relativo de Marruecos, que con el conjunto de la Unión Europea y por supuesto que con China y Brasil.
En general, los datos anteriores denotan una importancia significativamente elevada y creciente de Marruecos en los flujos comerciales españoles, tanto en lo que se refiere a las exportaciones como a las importaciones.
El futuro de la relación España-Marruecos
De acuerdo con los datos analizados, el índice de Grubel-lloyd muestra un incremento del comercio intraindustrial en el comercio de los bienes del capítulo 87, pasando de un 34 % en el año 2011 a un 67 % en 2018. de este modo, se observa que el intercambio de auto-móviles y sus accesorios entre ambos países se habría consolidado como un comercio de tipo intraindustrial en los años de estudio, al igual que sucedió entre México y EE uu tras el nafta.
Por otra parte, a continuación, se analizará el comercio con un mayor nivel de desagregación, a fin de detallar si el comercio intraindustrial se lleva a cabo dentro de la misma cadena de valor (comercio intraindustrial vertical), y en tal caso, ver el patrón de especialización de ambos países en la cadena de valor, para ello se tendrá en cuenta el intercambio de bienes de las partidas a cuatro dígitos dentro del capítulo 87, que comprende tanto automóviles acabados como sus partes y componentes. de acuerdo con los datos, la participación de las importaciones españolas de origen marroquí de automóviles acabados (correspondientes a la partida 8703, «coches de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para transporte de personas») sobre el total de las importaciones españolas de automóviles y sus partes marroquíes (capítulo 87) pasó de suponer un 44 % del total en 2011 a un 71 % en 2018. por su parte, la participación de las exportaciones españolas a Marruecos de estos bienes sobre el total, en cambio, disminuyó: desde un 51 % en 2011 hasta un 28 % en 2018. Por otra parte, la proporción de las importaciones españolas de origen marroquí de las partes y accesorios para automóviles (correspondientes a la partida 8708, «partes y accesorios de vehículos automóviles de las partidas 87.01 a 87.05») sobre el total de las importaciones españolas de automóviles y sus partes de origen marroquí (capítulo 87) se redujo a partir de 2011 desde un 52 % hasta un 18 %, y el peso de las exportaciones españolas a Marruecos de estos bienes sobre el total de exportaciones de auto-móviles y sus parte se incrementó desde un 39 % en 2011 hasta un 65 % en 2018. En definitiva, desde el año 2012 el patrón de especialización bilateral se asemeja al que se produjo entre México y EE UU, tras la nafta. así, España participaría en la cadena de valor «aguas arriba» y Marruecos, por su parte, se ubica al final de la cadena de valor, participan-do «aguas abajo».
* Técnico Comercial y Economista del Estado.
** Becaria ICEX 2019 en la Oficina Económica y Comercial de España en Rabat.
Versión de julio de 2019.
BOLETÍN ECONÓMICO DE ICE 3115DEL 1 AL 30 DE SEPTIEMBRE DE 20192.