En un excelente artículo de análisis, publicado en su blog, el 10 de mayo 2016, el gran hispanista, escritor y periodista, Said Jedidi, describe este panorama traumático asi:
“Difíciles momentos para los hispanoparlantes marroquíes. Entre la espada (España) y la pared (Marruecos) los que optaron por el castellano, algunos de los cuales hasta la obsesión, se encuentran en un auténtico atolladero que roza la incapacitación.
En su país, Marruecos, nadie les acuerda el mérito que se merecen… ni siquiera que se le debe. Oficialmente no se tiene lengua más que para hablar o chapurrear el francés ni los oídos más que para escuchar esta lengua o con un exceso de esnobismo, el inglés”.
En su artículo « Marruecos-España: Algo más que una relación geoestratégica » publicado el 20-12-2013, Chema Gil, periodista y escritor, dice lo siguiente: “ »Las relaciones entre España y Marruecos, tantas veces envenenadas a lo largo de la historia por prejuicios alentados por políticos impresentables, deben ser cuidadas con esmero por los estados. Además deben inducirse dinámicas que incidan en la eliminación de prejuicios para que, marroquíes y españoles, nos miremos sin desconfianzas, con arreglo a unas relaciones que no sólo deben basarse en intereses estratégicos, sino en la verdadera naturaleza de las mismas. Estamos unidos por lazos históricos fraternales y eso debe servir de base para poner el énfasis en lo que nos une como sociedades vecinas, como sociedades hermanas ».
Un dato muy significativo que marca las creencias específicas de los valores de los dos pueblos, y es que ambos tienen el mismo eslogan “Dios, Patria, el Rey”. Todo es cuestionable entre las dos orillas, excepto estos tres pilares.
Estamos conscientes de que los dos pueblos, español y marroquí, son condenados a entenderse, convivir y afrontar las dificultades y los retos para construir unas relaciones reinadas por el respeto, consideración y cooperación fructífera. Para estos fines, debemos pensar en crear una herramienta que nos permite llegar a nuestros objetivos y metas.
Las razones de las posturas perturbadoras en España hacia Marruecos y el pueblo marroquí, por parte de la sociedad español, se basan en la falta de atención y negligencia de nuestra parte, nosotros los marroquíes, a todos los niveles, en comunicarnos con la otra parte. Nuestro sufrimiento con los españoles es producto de no considerar esta razón. Por consiguiente, nosotros, oficial, popular y periodísticamente no hacemos ningún esfuerzo para afrontarla como es debido.
Hace unos meses un instituto español especializado, publicó los resultados de una encuesta sobre la visión de los españoles hacia Marruecos como Estado y los marroquíes como pueblo, los resultados han sido chocantes:
Para los españoles (los marroquíes son enemigos, Marruecos es un país violento de una ideología islámica y la comunidad marroquí en España es un peligro para los españoles). Sin duda, no se descarta la responsabilidad de los organismos oficiales marroquíes en este penoso tema y fenómeno, pero, también no se descarta la responsabilidad de los medios de comunicación españoles, simplemente porque los españoles se basan en la realidad sobre lo que reciben a través los medios de comunicación, y no necesariamente como son los marroquíes. Esta multitud de medios viene de varios factores, de los cuales, factores que hemos fabricado nosotros mismos por nuestra negligencia y nuestra deficiencia. En la otra cara de la moneda, observamos que, Argelia gasta millones de euros para influir en/sobre la prensa y algunos periodistas, además de hundir la sociedad española con personas deportadas de los campos de Tenduf, quienes ocupan casi la totalidad de la geografía española, regiones, ciudades, pueblos y municipios.
Imagínense si restamos una pequeña parte de los millones de euros destinados a defender Marruecos y su causa nacional y destinarlos a presentar la imagen de Marruecos y marroquíes, la verdadera imagen, a los españoles, sus instituciones y su prensa, seguro que esto cambiará mucho o notablemente la imagen actual como distorsionada y confusa en este país, amigo, vecino y de historia común.
En este panorama, casi traumático y dramático, y para entendernos y respetarnos, debemos destruir esta barrera psicológica, mediática, cultural, social, e histórica que hace obstaculizar nuestros pasos, o bien dicho, nuestros sueños.
Los asuntos de la cultura, educación y lengua, son un elemento esencial y básico en las relaciones bilaterales entre los dos países, España y Marruecos. Es un tema que cuesta a España cantidades significativas de dinero y una multitud de recursos humanos competentes. Lamentablemente, Marruecos no hace ningún esfuerzo, en este sentido, donde la política oficial y las representaciones diplomáticas, embajadas y consulados, carecen de cualquier estrategia en este ámbito y no crean ningunas iniciativas para crear centros culturales y educativos en España y en otros países, al contario a los españoles quienes buscan y investigan en nuestro legado cultural, social y artístico, así como la subvención de estudios en varios ámbitos.
La misma negligencia se nota en el lado comunicativo con la otra orilla, lo que crea a Marruecos algunos enfrentamientos con la prensa española, algunas figuras y asociaciones, provocando contra los marroquíes todo tipo de falacias y mentiras, insultos y malas actitudes, además de la distorsión de las opiniones sobre nuestros asuntos vitales.
Entre los importantes expedientes, además de los políticos y económicos, que han sido eje de los encuentros de los responsables de los dos países, durante la visita oficial del anterior monarca, Juan Carlos, a Marruecos en julio 2013, la cuestión de la cultura y de la educación, que se basa sobre el asunto lingüístico esencialmente.
Sin lugar a dudas, con la cercanía y la amistad, los jóvenes marroquíes y españoles, son invitados a aprovechar de varias ocasiones existentes en muchos ámbitos de cooperación, sobre todo por la existencia de la amplia red educativa española de los centros de Cervantes, donde unos 20.000 marroquíes siguen sus estudios, a saber que es la segunda red al nivel mundial después de Brasil. Sin olvidar el número de los hispanófonos que superan los cinco millones y unas mil empresas españolas y diez mil españoles que trabajan en Marruecos en diferentes sectores.
Marruecos y España les unen la historia y la geografía; lo que les obliga a establecer y tejer relaciones caracterizadas por la cooperación en todos los campos, entre los cuales la formación de planes culturales al servicio de los dos pueblos vecinos y amigos y renunciar los prejuicios y estereotipos entre ellos. Esto encuentra su base en que este campo se considera un capital rico que incluye los sectores de la creación artística, literaria, educativa, y también el intercambio cultural, científico y académico.