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El negocio de los DD. HH:   “Hacerse una salud” con Argelia a expensas de Marruecos

Los malos càlculos

Said Jedidi es periodista y escritor. Director de ingfomarruecos.ma y de conacebntomarroqui.blogspot y embajador de la Paz por el Circulo Universal de Embajadores de la Paz (Suecia/Francia)

La presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Amina Bouayach lo resumió (deploró) magistralmente hoy en una intervención en la apertura del prefro mundial de DD.HH. en Rabat: “Algunas democracias supuestamente tradicionales utilizan los derechos humanos como armas en juegos políticos obtusos, traicionando su propia esencia”.

¿Qué podemos añadir a esta atinada reflexión de una autoridad en materia de Derechos Humanos?

Muchas y ninguna cosa.

La referencia es obvia, no así el desenlace final de la DGSE para quien “De ninguna manera, Marruecos debe convertirse en la Turquía del norte de África” (Maghreb Intillegence).

No solo que es torpemente perverso el “deseo” porque, Marruecos ya lo es desde hace tiempo, sino, y es lo más grave, hasta el adulado Changriha y sus colegas saben que la Francia de Macron jamás podría hacer la promoción de la junta militar de la que forma parte a expensas de Marruecos.

Con Francia, es el momento de recordarlo, fue una vergüenza aceptar un colonizador colonizado y peor que un crimen, un error participar en su liberación con americanos, ingleses y otras nacionalidades porque de no haber sido así, Alemania nazi ocuparía a Francia hasta hoy.

La guerra de Macron contra Marruecos por decidir ejercer su legitimo derecho a adherirse a su soberanía y a  los anhelos de su pueblo y por una clara y  vergonzosa agenda energétoica, reforzaría el rechazo de lo poco que queda de esta Francia de Macro en África y en el mundo.

“Ningún derecho se pierde si se reivindica”. Había dicho el compañero de la “liberación” del general Charles De Gaulle, el llorado soberano Mohamed V.

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