Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Los voceros, los “diplomáticos” y los apoyos de la fantasmagórica “RASD” se encuentran, desde hace semanas, en un auténtico aprieto cuando algunos dirigentes de los países africanos miembros de la UA les pregunta por la fecha en que su e”RASD” había gobernado el Sahara Occidental antes de que Marruecos lo “ocupara.
Sin respuesta. Impostura e impostores. Sin referencias históricas, sin bagaje geopolítico a excepción de un ciego y ridículo cordón umbilical de Argelia, los polisaristas chapurrean argumentos y fabrican circunstancias.
De hecho, la pregunta determinará la posición de estos países.
Mientras tanto, ¡Los hay tan caraduras…! Se acaba la ayuda humanitaria y acaban sus calumnias contra Marruecos. Vuelve la ayuda humanitaria y con ella el pago con raciones de los indefensos secuestrados en el gulag argelino de Tinduf y vuelven a ladrar en las redes sociales.
No obstante, parece que no es suficiente a juzgar por el bajo tono de las difamaciones y la poca muy poca e incluso ridícula información sobre Marruecos y lo que hacen sus hombres.
El “presidente” vitalicio, el refugiado Al Ghali Al Mostafa Assayid, su mafia, lo que hacen o dejan de hacer y punto… en esto se resume vergonzosamente la fantasmagórica Rasd, su no menos fantasmagórica historia y su futuro.