Antes de olvidarCrónicasFeatured
El Rif y su Patrimonio Cultural: Manifestaciones de Amor por la Libertad y la Naturaleza. Por *Farid BOURAKHOUADAR
Reflexión Serena


La pregunta persistente siempre es: ¿por qué rara vez encontramos monumentos, construcciones bien definidas, carreteras o cualquier otro vestigio importante en el Rif y otras regiones habitadas por tribus bereberes? Este interrogante ha rondado la mente de muchos, pero hasta el momento, no se ha encontrado una respuesta definitiva, a pesar de que estas regiones han estado habitadas por el antiguo y legendario pueblo amazigh desde tiempos inmemoriales.
En mi opinión, la única respuesta que parece razonable es que este pueblo siempre ha buscado vivir en total simbiosis con su tierra natal y su entorno, sin deseo de dominar a otras comunidades, esclavizarlas o construir imponentes estructuras. Esta creencia encuentra respaldo en la historia, ya que todas las grandes construcciones, como las pirámides en Egipto o las edificaciones precolombinas en América, fueron erigidas principalmente por esclavos, pertenecientes a tribus sometidas por la autoridad gobernante.
Sin embargo, en el país amazigh, no encontrarás pirámides, carreteras pavimentadas, santuarios ni prácticamente nada de ese tipo, ya que este pueblo simplemente valora su libertad individual y no se muestra dispuesto a emprender grandes obras debido a su estructura tribal. Esto podría deberse a que su santuario único es la tierra y la naturaleza misma, y nunca han sentido que son dueños de la tierra, sino que son una parte de ella, y, en consecuencia, son hijos de la tierra.
Solo después de la llegada, en primer lugar, de los colonizadores romanos y, más tarde, de las grandes dinastías que gobernaron la tierra amazigh, comenzaron a surgir aglomeraciones, ciudades y otras construcciones de gran envergadura.
No obstante, esta aparente ausencia de monumentos históricos en el Rif no debe considerarse como una carencia, sino más bien como una manifestación de la profunda conexión de este pueblo con su tierra y su estilo de vida único. Los amazigh del Rif han preservado sus tradiciones, su idioma y su rica herencia cultural a lo largo de los siglos, transmitiendo de generación en generación su respeto por la naturaleza y su amor por la libertad. A pesar de las adversidades históricas, han mantenido su identidad única y han resistido las influencias externas que a menudo han llevado a la pérdida de identidad en otras culturas. Esta resistencia cultural y su profundo arraigo en la tierra ofrecen una perspectiva valiosa sobre la importancia de preservar la diversidad cultural en un mundo cada vez más globalizado.
Es fundamental reconocer que la historia de una región no se mide únicamente en monumentos o construcciones, sino en la riqueza de su cultura, su legado oral, sus tradiciones y la forma en que su gente se relaciona con la tierra que los sustenta. El Rif y su gente encarnan un recordatorio de que la preservación de la identidad cultural y el equilibrio con la naturaleza son valores invaluables que trascienden la necesidad de grandes edificaciones. Estas reflexiones nos invitan a apreciar y respetar la diversidad de culturas en nuestro mundo, reconociendo que la ausencia de monumentos no disminuye el valor de una civilización, sino que puede realzarlo al revelar la autenticidad y la resistencia de su espíritu.
-
*Farid BOURAKHOUADAR es hispanista marroquí, natural de Alhucemas