Cronica desde TindufFeatured

El Sahara marroquí: Ni el mentor argelino ni el doméstico polisarista

Ilusión mortal

Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.

 

Un anciano de la “vieja guardia” (próximos al difunto Mohamed Abdelaziz casi todos depurados) califica los “comunicados de “guerra” del Polisario de “birria”. “No son capaces de matar ni a una mosca”.

En los campamentos se habla de que al acabar la cúpula del Polisario la ayuda humanitaria no tenía con qué pagar a sus propagandistas en las redes sociales ni a sus legionarios españoles hasta…

Tuvo que tirarles las orejas el mentor argelino, dándoles un “anticipo” para seguir inventando guerras y seguir “atacando” al “enemigo”.

El Polisario virtual y su “causa” virtual. Nada es real. Un “presidente” violador notorio y genocida de notoriedad pública y sus 40 ladrones que esperan la llegada de la ayuda humanitaria internacional para repartirla entre ellos y sus jefes argelinos.

Pero como la vergüenza no mata, exponen sus carros y sus pertrechos y hablan como si fueran realmente un Estado con tierra, un pueblo y un pasado.

Muchos trapos (banderas) y muchas lenguas estiradas que a veces llegan hasta la tierra.

Mientras tanto la población secuestrada espera el feliz desenlace y el regreso al país: Marruecos…

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