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El Sahara marroquí y el gasoducto con Nigeria: Crónica de una quiebra anunciada para Argelia

Los "problemas" de Argelia

Permítaseme aclarar desde un principio que mi identidad carece de relevancia en el contexto actual. Quién soy, de dónde vengo o cuál es mi trayectoria son aspectos menores en comparación con la revelación que está por venir. A excepción de una única hermana, quien ha estado hospitalizada durante los últimos 11 meses en Nuakchot antes de decidir regresar a nuestra nación, Marruecos, el resto de mi amplia familia (compuesta por 15 miembros, entre parientes cercanos y aquellos más distantes) sigue cautiva del Polisario en los campamentos de Tinduf. Sin embargo, esta triste realidad permanece en la sombra para aquellos que confían en los intrincados senderos de los « derechos humanos » que se proclaman en España y en la constantemente invocada « solidaridad » internacional, una solidaridad que parece dirigirse de manera exclusiva y preferente hacia una ínfima fracción de los saharauis.

En el Sahara marroquí, desde hace 49 años y ahora con el gasoducto Nigeria Marruecos ni siquiera Tebboune tiene alguna idea aproximativa de cuánto ha gastado y sigue gastando su país. Pero es de notoriedad publica de que aquella dilapidación conlleva a Argelia a una inevitable quiebra.

Inevitable porque ni en el primer expediente (Sahara) ni en el segundo (Gasoducto Nigeria-Marruecos) la junta militar argelina puede hacer absolutamente nada.

Con Marruecos, lo suyo es tropezarse en la misma piedra mil veces. Medio siglo de sabotaje e infructuosas tentativas de desestabilización que han dado un duro golpe a la economía del país sin un solo centímetro de avance a menos de la escandalosa riqueza de algunos cabecillas de su milicia del Polisario y sus comisiones a algunos altos oficiales del mentor.

Y ahora viene el gasoducto Nigeria-Marruecos. Y de nuevo intentonas de desbaratarlo. Por cada millón de dólares invertidos en esta perversa empresa, Marruecos y su socio nigeriano avanza kilómetros.

¿Qué hacer? El régimen militar argelino preso de su abstracta visión de su presen te y de su futuro y, sobre todo, de sus verdaderos intereses.

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