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EL TALENTO, Elias D. Galati

Reflexiones

 

El talento muchas veces asimilado al entendimiento, es el conjunto de dotes intelectuales que resplandecen en una persona como ingenio, capacidad, o prudencia.

Se lo señala como aptitud o habilidad para alguna tarea, y desde la mística se lo señala como el conjunto de dones con que Dios enriquece al hombre.

Desde la psicología se lo define como la aptitud natural que hace a su poseedor susceptible de recibir un alto grado de pericia en un campo especial.

El sentido metafórico del término está originado en la parábola de los Talentos (Evang. San Mateo XXV 14-30) y es el de una superioridad del poder cognoscitivo que no depende de la enseñanza sino de la disposición del sujeto.

Esta es la definición kantiana del término, quien distingue los talentos en ingenio productivo, sagacidad y originalidad siendo este último el genio.

De allí se ha sistematizado una serie de talentos específicos, música, escritura, técnica, comunicación y otros.

Es decir el talento está en la naturaleza, en los genes, de ciertas personas que han sido agraciadas por ciertas condiciones que los hacen hábiles y óptimos en algunas cuestiones.

El talento está en el ser, sobre él hay dos cuestiones que el mismo debe dirimir, si acepta y usa sus talentos, y la forma, el modo como los  usa.

El talento no puede transmitirse, si puede enseñarse el modo de abordaje de ciertas cuestiones que el talentoso realiza  con su capacidad, para que otros las repitan, las emulen y las accionen, pero el talento en sí es intransferible y sólo pertenece al beneficiado por el mismo.

El talentoso tiene conciencia de su talento desde pequeño, porque en el devenir de la vida comprueba que hay escenarios en los cuales  se mueve de manera distinta de los demás, y que hay cosas específicas que puede hacerlas sin esfuerzos y con capacidad mayor que el común de la gente.

Aunque le cuesta señalar los mismos, a veces por falta de ejercicio o conocimiento, o por falsa modestia o vergüenza.

Pero el talento es su responsabilidad, a ello apunta la parábola de los Talentos, no debes enterrarlos, debes usarlos para beneficio tuyo y de la comunidad.

No usarlos significa desperdiciarlos, despreciarlos y no aceptar la condición natural que le fue dada como don o gracia.

El talento hay que reconocerlo, practicar las condiciones que les han sido dadas y desarrollarlas, teniendo el valor de asumirlas, proceder en consecuencia con nuestras acciones tendientes a señalar y accionar el mismo.

El que posee un talento, tiene una capacidad mayor, una condición diferencial que lo hace distinto, proclive a una producción acertada y a la originalidad que señalaba Kant como condición del genio.

Esa originalidad que lo hace ser capaz de entender, realizar, idear situaciones, acciones, posturas distintas, que otros no logran, ni comprenden, para mejorar la existencia personal y de la comunidad.

¿Qué hacer con el talento?

La cuestión fundamental es como se usa el talento, a  que acciones lo aplico, como determino el fin, la modalidad a la que llegare con su empleo.

Puedo usar el talento para beneficio personal, puedo usarlo para someter a los demás, ponerme en situación superior y sojuzgarlos, o puedo usar mi talento para mejorar mi forma de ser y las condiciones de todos los hombres que puedan acceder a la realización que consigo con el empleo del don que se me ha dado.

Hay que tener en cuenta que muchas veces del talento se desprende el liderazgo, con la consecuencia de poder ser un líder positivo o negativo, usando el mismo para lo que es correcto y beneficioso o al contrario para lo incorrecto.

Si el talento se emplea para el bien, para mejorar la condición de toda la comunidad, el ser que lo posea se convertirá en un líder auténtico, pero también en un ejemplo, en un modelo de vida, señalando con sus acciones una actitud de enseñanza, que surge de la entrega de su don para uso de la humanidad.

Formará, iniciará a los demás en cualquiera de las artes o condiciones en las que posea el don, siendo mentor, consejero, maestro de sus hermanos.

No desperdiciemos nuestros talentos, pero sobretodo usemos los mismos en beneficio de la comunidad para construir un mundo mejor.

 

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