Said Jedidi es embajador de la paz por el Circulo Universal de Embajadores de la paz (Suiza-Francia) periodista y escritor
Desde el comienzo del periplo africano del rey Mohamed VI, una desenfrenada convulsión con una fuerte fiebre de incoherencia invaden a los responsables argelinos y sobre todo, a sus decisiones para con su vecino marroquí.
Por un lado, en su ofensiva “personal” anti-marroquí, la topo argelina en la Unión africana la sur-africana Dlamini Zuma cuyas travesuras le han costado su matrimonio, acaba de revelar lo que, objetivamente debe explicar gran parte del odio y el rencor, envueltos en una “legitima” inquietud del régimen militar argelino respecto a marruecos: La señora Zuma acaba de pedir a Marruecos un reconocimiento, por escrito, de la fronteras heredadas del colonialismo. ¡Increíble ¿Y qué interés tiene la UA en esto? Ninguno, pero si Argelia para con Marruecos.
Luego lo más grave: Según “Economie-Entreprises” citado por “Yabiladi” un memorándum de distensión para la construcción de dicho gasoducto entre Nigeria y Marruecos atravesando, como antes dicho, los países de la costa oeste africana será firmado en Abuja al margen de la visita real.
Rabat ha logrado ya obtener la adhesión de muchos países de África del Oeste.
El gasoducto deberá llevar el gas nigeriano hasta el mercado europeo y será igualmente ocasión para el plan gasero marroquí de diversificar sus recursos de abastecimiento.
Me imagino que, para un observador imparcial o por lo menos ferozmente anti-marroquí, esto explica gran parte de Argelia, su Polisario, sus “sentimientos” respecto a Marruecos y su presente y futuro en la UA con uno de sus fundadores que recupera su escaño.