Mi compañero Abderrahim Berdiji planteaba ayer aquí mismo en informarruecos.ma y en conacentomarroqui un tema que, en países que se respetan, provocaría una profunda toma de conciencia.

En efecto, el autor de “Marruecos y sus defensores: entre la lealtad y la impostura” evocaba la lamentable situación de la imagen de marruecos en España y el América latina y lo que es infinitamente más grave la indiferencia de los poderes públicos responsables de esta devaluación.

Por mi parte, añadiré al excelente artículos de Berdiji que el 95% de los que actualmente se consagran casi exclusivamente a atacar a nuestro país eran sus “asalariados” y que muchos otros, como Chema Gil, Javier Valenzuela, Antonio Ogambides, Alberto Macedosa, Domingo del Pino y hasta Pedro Canales o Sebastián Basco eran apasionados de Marruecos y por consiguiente leales a la realidad y a la razón hasta que los obligo la indiferencia de muestras autoridades y la poco profesional conducta de sus diplomáticos y responsables informativos y comunicativos a “olvidarse de este país que los ignora” como me dijo uno de ellos.

Y es que la historia se repite y los puntos y seguidos se suceden. Los que no hablan español se encargan de explicar al país y sus causas, los que tienen otros intereses se ven propulsados a misiones de comunicación que no entienden y a los que le interesa cuatro pepinos se alzan como nuestros portavoces en un país que los ve y desprecia y lo grave es que su desprecio nos llega a todos y se transforma en elogio y apoyo a nuestros detractores.

¿Quién defiende realmente Marruecos en España y en América Latina? O lo que podría ser más exacto: ¿Quién es capaz de defender Marruecos en España y en América Latina?

No sé si es necesario responder, pero me limitaré a repetir lo que dijo Abderrahim Berdiji: el que hable bien el español y que conozca mejor la causa.

Ni uno ni otro figuran en la agenda de los que deciden en marruecos al respecto.

Y como diría el otro, si no les interesamos ¿por qué deben interesarnos?