Es una manera como cualquier otra de preguntarse o preguntar a los demás, porque en el fondo lo sabemos: Marruecos se ha convertido en un verdadero complejo para muchos en el país vecino, en cuya política oficial, el Reino, paradójicamente es una cuestión de política interior.
Aplicamos los acuerdos bilaterales en materia de lucha contra la emigración irregular y, desde esta España se nos acusa de violación de derechos humanos. Respetamos estos derechos humanos y desde esta misma España se nos acusa de complicidad y de presión sobre la Unión europea.
¿En qué quedamos?
Afortunadamente hay un gobierno y hay instancias mucho más al tanto de la realidad, las mismas que al evitar responder a una vil provocación en sus fronteras, saluda el gesto de Marruecos como lo han hecho antes Francia, Estados Unidos, la ONU y muchos otros, pero estos medios argelnizados o adeptos a la argelinizacion ven hacia otra parte y repiten como loros la interpretación y la versión de Argelia y su banda del Polisario.
En Marruecos sabemos por qué y a qué se debe. Sabemos asimismo que siempre son los mismos y muchos de ellos habían estado a nuestro lado hasta que se cerró el grifo, pero como en el caso de Guerguerat no responderemos a la provocación. El país Vasco, Cataluña, Canarias, Andalucía y… son cuestiones internas de España y no pensamos ni ahora ni nunca inmiscuirnos en sus asuntos interiores menos aun ayudar o impulsar sus separatismos (en plural porque si Marruecos tiene una Argelia y un Polisario, España tiene diez pero sin, afortunadamente Argelia).
La viga en el ojo ajeno y los petro dinares en el bolsillo propio… ¡Qué mundo… qué vecindad!