Mientras que el mercado de las acciones ha reanudado con los logros, clausurando el año con una baja de más de 30%, el de los bonos de Tesoro, sigue, por su parte, letárgico con una continua baja de las tasas de interés que afectan negativamente los productos bancarios.
El 2016 no habrá sido el ano de los productos de tasas como en años anteriores, enmarcándose en una baja desde el comienzo del ano, lo que ha afectado el conjunto de los resultados de los productos financieros que tiene por base las tasas de los bonos de Tesoro.
En este sentido aboga “Aujourd’hui le Maroc” en un análisis de la situación financiera del reino.
De esta manera es la Bolsa de Casablanca que ha recuperado su lugar al frente de las inversiones más interesantes después de años de consecutivas bajas.
El índice de todos los valores cotizados, el Masi, ha clausurado el 2016 con un resultado de 30’46%. O sea: la más alta tasa nunca realizada en los últimos 10 años. De hecho ya se decía que este año iba a ser el año de la recuperación bursátil.
Parece que la confianza ha vuelto a los inversionistas que han reorientado sus inversiones hacia las acciones impulsadas por la mejora de los resultados de las sociedades cotizadas.
El letargo del mercado de los bonos de Tesoro, que dura desde el 2014 ha sido, por su parte confirmado durante el 2016.
Estas obligaciones publicas no han aportado grandes beneficios: las tasas para los títulos a 13 semanas han ofrecido a finales del 2016 una remuneración de 2’10% contra 2’34% para los bonos de Tesoro con madurez de 52 semanas. O sea: una baja de respectivamente de 41 y 24 puntos de base en relación a su nivel de comienzo de año.
Esta situación ha impactado directamente en la remuneración de los productos bancarios, especialmente las cuentas sobre el carne y los depósitos limitados. Los primeros que siguen, a pesar de todo, la inversión privilegiada de los marroquíes, han presentado en el segundo semestre un resultado de 1’66%. Se está muy lejos de los 3’74% que ofrecían estos mismos productos en el 2013.
