El terrorismo ha costado la vida a más de 33 000 inocentes en los 5 000 atentados, cometidos a través del mundo en el curso de los últimos 13 años. Entre estos inocentes, marroquíes, algunos de los cuales ha recopilado “H24”.
Los bárbaros actos del terrorismo no tiene ni religión ni nacionalidad. Misma lacra en todo el planeta y el mismo desprecio a la vida humana y a los valores morales de la humanidad y valores religiosos de todos los credos. El único crimen de sus víctimas es que se encontraban en el mal lugar’ en el mal momento.
Entre las victimas marroquíes figuran, por ejemplo, Amine Benmbarek, 28 años, arquitecto y profesor en la ENSA asesinado en los atentados de Paris el 13 de noviembre del 2015, resultando gravemente su esposa, Lubna Fakiri, una de las 31 víctimas de los atentados de Bruselas el 22 de marzo del 2016, madre de tres hijos, 27 años era profesora en dos escuelas musulmanas de la capital belga, Leila Alaoui, gravemente herida por muchas balas el viernes 15 de enero en Ouagadougou durante el ataque contra el restaurante cappuccino. Ironía del destino: Leila, 3 años, fotógrafa de profesión y afición que falleció al día siguiente estaba en la capital de Burkina Fasso en el marco de un proyecto de documental sobre las violencias contra las mujeres en África del Oeste, promovido por la ONG Amnistía Internacional, Fatima Nait, víctima del atentado de Niza el 15 de julio del 2016, quincuagésima y madre de 7 hijos. Fatima lleva un velo y profesaba un verdadero Islam del justo medio. Es decir no el de los terroristas asesinos.
Finalmente 2 marroquíes victimas del reciente atentado contra una discoteca de Estambul, en Turquía: Rabia el Moustain et Zineb Aït Assi.
No. Los cobardes asesinos a sangre fría de inocentes desarmados no son musulmanes ni creyentes ni siquiera seres humanos. De hecho pertenecen a la peor especie de la incredulidad: la que no sigue los preceptos divinos en los que la vida humana es sagrada.
Fueron centenares de marroquíes victimas del flagelo terrorista y miles… miles de otras nacionalidades y de otras religiones caídos por la barbarie de la intolerancia y del extremismo más violento.
