Ya van 41 años que el Polisario toca la puerta de la Alta comisaría para los refugiados solicitando sus subvenciones alimentarias. La ACR responde favorablemente a estas peticiones y envía sus ayudas destinadas, en principio, a una población considerada como “refugiada” o “refugiadizada” (ya que su país Marruecos nunca les ha cerrado ni sus puertas ni su corazón) pero sin disfrutar nunca de las ventajas que permite este estatuto.
En una palabra como en mil, debemos hacer una pertinente distinción entre la población de los campamentos que por voluntad de Argelia y su doméstico polisarista, más que vivir está atada a la vida justamente para servir de motivo para la mendicidad y un grupo de aves de rapiña que, insensible a este drama, solo tiene mirada hacia sus cuentas bancarias en el extranjero y “métodos” para malversar la ayuda humanitaria internacional que reclama.
El estatuto de refugiado obedece a una serie de requisitos, entre los cuales figura destacadamente el conocer el numero exactao de estos refugiados.
De hecho ¿Cuándo Argelia y su Polisario permitirán a la ACR proceder a un censo bajo auspicios de la ONU? O lo que podría significar la misma cosa: ¿Por qué no lo permiten?
Que respondan las asociaciones pro-Polisario españolas.
Luego parea no dilapidar esfuerzo e imaginación (hubiera podido decir tunta): ¿Qué es lo que necesita la población que vegeta en los campamentos argelinos de Tinduf por expresa voluntad de las autoridades argelinas y su Polisario: alimentos y dignidad o una entidad al servicio del tutor argelino?
El día en que Argelia aportará un solo ejemplo de refugiados que exigen un país y no dignas condiciones de su vida, entonces no solo la ONU sino, y sobre todo Marruecos, accederá a este cacareado estatuto de refugiado.
Si el Polisario decide emprender en estos momentos una ofensiva en este sentido él y su empleador argelino saben por qué…. La UE y el mundo también.