Boukadoum-Arancha: Tanto monta, monta tanto
Cortesia de H24
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de Tinduf, pero esto no lo sabrán a través de España y sus laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna haya llegado al campamento y, sobre todo, si les va a llegar.
Una osadía y una violación de aquél tamaño no podía permanecer secreta como planificaron sus protagonistas. El Ghali-Gate está desvelando sus “misterios” y sus… errores.
Primero El Confidencial hace un par de dias, y ahpra El País, se van revelando los pormenores de una inmoral transacción que, de ninguna manera podría beneficiar a España y su imagen.
Sacrificar las excelentes relaciones con Marruecos, objeto de enormes esfuerzos durante decenios, por obscuros intereses y beneficios, no es, un asunto apto al borron y cuenta nueva. Alucinan los que creían poder sacar algunos votos en el 4/5 en Madrid de las simpatías por la “causa saharaui”.
Ahora la pelota está en el campo español. ¿Cómo rectificaría su pinchazo? En Marruecos la reacción del gobierno, fuerzas políticas y sociedad civil explica la inigualada posición con que contaba (en pretérito imperfecto) España en los corazones y mentes de los marroquíes. Ahora, ¨Pedro Sánchez pasará a la historia de su país como el hombre que ha sacrificado las relaciones estratégicas con Marruecos por casi nada y como el presidente del gobierno que se ha atrevido a burlar al poder judicial de su país con una no declarada, no precisada y no desvelada transacción con los que no creen más que en la gestión autoritaria de los asuntos estatales.
Afortunadamente en España la inmensa mayoría silenciosa sabe que el Ghali-Gate fue un duro golpe contra la imagen del país y de los inquilinos de La Moncloa.