Disfrutar del éxito propio y reírse del fracaso ajeno
Aclaro, de antemano que importa muy poco cómo me llamo, ni de donde soy ni como he llegado hasta aquí, sino lo que voy a revelar, porque a excepción de una sola hermana, toda mi familia (15 miembros entre próximos y lejanos parientes) sigue, como la inmensa mayoría de su población, rehén del Polisario en los campamentos de argelinos de Tinduf y víctima de laberintos de “derechos humanos” y de “solidaridad’ internacional… La situación de la población de estos campamentos es real y potencialmente inquietante. Atada a la vida, la gente se pregunta con qué derecho fue sometida a tantas humillaciones y a tantos atentados contra su dignidad saharaui. Cunde la desconfianza y la parquedad. Desaparecen trágicamente la solidaridad, la fraternidad y el amor al prójimo. La gente no busca más que sobrevivir para el día siguiente con la eterna pregunta de que si alguna ayuda humanitaria internacional u otra limosna pueda llegar.
Tan ingenua es la junta militar argelina que ha acabado creyendo a sus domésticos polisaristas. Creía que con los grandes medios podía sabotear la Reunión de Alto Novel entre España y Marruecos y a través de ello ¿Quién sabe? la sensible y beneficiosa mejora de las relaciones entre los dos vecinos.
¡Nada de esto! Entre Madrid y Rabat de bien a mejor y ningún elemento interior o exterior podría alterar el curso de los acontecimientos entre ambos.
Terminada exitosamente (no podía ser mejor) la RAN hispano-marroquí no le queda al régimen ¡militar argelino más que contar sus pérdidas, sus gastos y su dilapidación y pedir cuentas tanto a su Polisario como a los legionarios que trajo de España.
En Argel los cabos y sargentos argelinos se preguntan ahora de donde se les ha salido este Pedro Sánchez”, contra el cual ninguna zancadilla es eficaz. Para calmar a su amo su Sacho Panza polisarista trata en redes sociales de inventar historietas de media noche.
La RAN va a constituir, desde ahora en adelante, una hoja de ruta en la elaboración de una nueva y más “realista” relación entre el mentor argelino, que, dicho sea de paso, ve cada día que su milicia del Polisario, por más armas y medios que le proporcione no sirve y nunca servirá para absolutamente nada y el doméstico polisarista.
¿Buscar otra milicia? ¿Para qué? ¿No bastaría la costosa e infructuosa experiencia con el Polisario?
Días que pasan… meses que pasan… años que pasan… mismos fracasos, mismos reveses y mismo destino.