“La presidenta de la Comisión de la UA pacta con Argel en la operación de expulsión de los emigrantes subsaharianos”. Se trata de uno de los títulos de la prensa de hoy, en la cobertura de la dramática expulsión de los subsaharianos de Argelia.
En efecto, la sur-africana Nkosazana Dlamini-Zuma conocida por sus “gritos en el cielo cuando se trata de derechos humanos observa un enigmático, inmoral y cómplice silencio sobre la situación de miles de emigrantes torturados, deportados y expulsados de Argelia en una, no menos, inmoral impunidad.
A pesar del llamamiento de muchas ONG africanas e internacionales, la Presidenta de la Comisión de la UA hace oído de mercader ante el drama y parece espeluznantemente indiferente a una situación de victimas africanas de verdugos supuestamente africanos.
Los actores políticos de Mali, Senegal y Costa de Marfil han expresado y siguen expresando cada día su indignación frente a este silencio conspirador y cómplice de la señora Dlamini-Zuma que suscita más de una pregunta. “Este silencio ilustra una flagrante compromiso con Argel de Dlamini-Zuma” escribe la prensa de dichos países citada hoy por “Le Site. Info”.
Las exacciones hechas a las mujeres, niños y ancianos son inadmisibles y la indiferencia de la Unión africana frente a este drama humano no debe permanecer sin explicación.
Con Dlamini-Zuma o sin ella, con Argel y sus “amistades” dudosas o sin ellas, el mundo es testigo de la verdadera naturaleza del régimen argelino y de sus amistades peligrosas.
