« Hoy, lo que nuestros amigos colombianos deben comprender es que la cuestión del Sáhara marroquí, que es para nuestro país una cuestión de soberanía y de integridad territorial, constituye una línea roja », insistió la embajadora marroquí en una entrevista publicada por la revista mensual da la MAP «BAB» de marzo.
Volviendo al « desafortunado » giro de Colombia iniciado en agosto de 2022 con la llegada al poder del presidente Gustavo Petro, en contra de las excelentes relaciones que los dos países han mantenido siempre desde hace más de 40 años, Farida Loudaya recordó en este contexto « la clara posición expresada por SM el Rey Mohammed VI en su discurso con motivo del 69º aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo, el 20 de agosto de 2022: »la cuestión del Sáhara es el prisma a través del cual Marruecos considera su entorno internacional. Es también clara y simplemente la vara de medir la sinceridad de las amistades y la eficacia de las asociaciones que establece ».
Según la embajadora marroquí, »lo que sorprende (en la nueva postura de Colombia) es ver a este país, que siempre ha sido respetuoso con la legalidad internacional, y cuyo principio cardinal es la no injerencia en los asuntos internos de otros países, tomar posición sobre un asunto que aún se debate en el seno de Naciones Unidas y sobre el que aún no se ha tomado una decisión definitiva ».
Loudaya expresó su sorpresa por el hecho de que « el actual gobierno colombiano no haya considerado oportuno esperar al resultado de las negociaciones de la ONU antes de posicionarse sobre el desenlace del diferendo regional sobre el Sáhara marroquí ».
Al adoptar una nueva postura que rompe con la posición tradicional de Colombia, el nuevo gobierno « prejuzga el resultado de las negociaciones, aún en curso, al conceder el estatuto de ‘país’ y establecer las llamadas ‘relaciones diplomáticas’ con un movimiento separatista terrorista, cuando todos sabemos que este pueblo no es reconocido por la inmensa mayoría de los países, y mucho menos por Naciones Unidas ».
La embajadora marroquí recordó, en este contexto, que « Colombia siempre ha mantenido, desde hace varias décadas, una posición constructiva, apoyando los esfuerzos de Marruecos para lograr una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable, sobre la base de la Iniciativa para la negociación de un Estatuto de Autonomía para la Región del Sáhara, cuya preeminencia está consagrada en 18 resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, desde 2007, y que ha sido calificada como « seria, creíble y realista », tanto por el Consejo de Seguridad como por la Comunidad Internacional.
Loudaya precisa a este respecto que « esta posición adoptada por el nuevo gobierno está muy lejos de ser compartida por la clase política del país », recordando que el Senado colombiano había aprobado una moción el 19 de octubre de 2022, en la que nada menos que 63 senadores de 108, en representación de los 9 principales partidos políticos, « expresaron claramente su apoyo a Marruecos y el respeto a su soberanía e integridad territorial ».
A su juicio, Colombia, que también mantiene un litigio territorial con Nicaragua desde hace varios años, « debería ser especialmente sensible a las cuestiones relacionadas con la soberanía de los Estados y, por tanto, evaluar y medir mejor el alcance de las decisiones que toma » con respecto a otros países.
« En este contexto, se preguntó, me gustaría saber cómo reaccionarían nuestros amigos colombianos si Marruecos se inmiscuyera, de una u otra manera, en el conflicto territorial que les enfrenta a Nicaragua. Hago la pregunta… ».
Esta nueva postura de Colombia contrasta con « la excelencia que siempre ha caracterizado las relaciones entre Marruecos y Colombia, que en los últimos años han alcanzado un nivel óptimo, nunca antes visto ».
En este sentido, la embajadora marroquí recordó con detalle la positiva evolución de las relaciones bilaterales, marcadas por « una dinámica productiva, llevada por SM el Rey Mohammed VI, y que ha dado lugar a numerosos encuentros bilaterales y mecanismos institucionales entre Marruecos y Colombia ».
En apenas dos años, los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países han celebrado tres reuniones, la última de las cuales tuvo lugar en octubre de 2021.
Las consultas políticas y los mecanismos de cooperación han dado resultados prometedores, como el lanzamiento de un programa de cooperación técnica, científica y cultural para el periodo 2020-2022, y la identificación de nuevos sectores prioritarios de cooperación, como la seguridad sanitaria, la agricultura, la artesanía y el turismo.
En abril de 2021, los dos países firmaron importantes acuerdos bilaterales que, además de enriquecer el arsenal jurídico bilateral, han permitido aumentar la concertación sobre las grandes cuestiones de seguridad, gracias al Memorando de Entendimiento sobre la cooperación en el tratamiento y la lucha contra el problema mundial de las drogas, el refuerzo de la cooperación Sur-Sur a través del Memorando de Entendimiento entre la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional (AMCI) y la Agencia Presidencial de Colombia (APC-Colombia), así como el refuerzo de nuevas perspectivas, especialmente económicas y turísticas, gracias a la conclusión de un acuerdo sobre servicios aéreos.
Del mismo modo, se han reforzado los vínculos humanos entre los marroquíes y colombianos gracias al acuerdo de exención de visado para los titulares de pasaportes ordinarios, que entró en vigor el 28 de noviembre de 2021.
A lo largo de este periodo, « hemos podido comprobar el alcance de la convergencia de puntos de vista que unen a Marruecos y Colombia, con la profunda convicción de que siempre hemos sido dos países ‘afines’, convicción que lamentablemente se vio frustrada en agosto de 2022 », concluyó Farida Loudaya. Map